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jueves, septiembre 28, 2006

La biblia y el calefón: Evita versus the War Cabinet Rooms, por el Ruso

Hacia mucho que no escribía en este blog. Ante la carta de Manucho, me vi una tarde defendiendo a Churchill y me di cuenta de que algo no estaba funcionando. Que hacía yo, pequeño pelotudo, defendiendo al vencedor del nazismo? Y encima defendiéndolo frente al dos veces frustrado presidente de la Argentina, un eterno exiliado en cuanta dictadura de habla hispana haya habido. Además me recomendaban cursar una carrera en ciencias sociales, cuando soy graduado en una (económicas) y que viendo su bajo poder científico hace 3 años, a los golpes, estoy cursando la licenciatura en matemática. Luego me increpaban por leer un libro (que tampoco me acuerdo de sus autores) del cual solo extraigo su conclusión; papers de economistas que explican lo malo de las políticas de economía cerradas y dirigistas hay miles, pero ninguno termina diciendo que los que las implementan son “perfectos idiotas”. Esta es la gracia del libro, que no quiere ser un tratado completo sino un panfleto. No es el Capital, sino el Manifiesto. Manucho no sabe diferenciar. En fin, tanto desatino me termino por persuadir de que era mejor no postear más en Sibelius . A esta altura del partido es mejor no tener que defender a Churchill.
Ahora, el lunes 25 fue mi cumpleaños y decidí ir a pasarlo a casa de unos amigos en Londres. Y el plan que me prepararon fue cena en el “gaucho grill” (que gracioso es comerse un bife de chorizo a las 6 de la tarde) y luego Evita, el musical con nuestra compatriota Elena Roger haciendo el papel de la “santa de los descamisados” (muy bueno en el programa aquello de que “Miss Roger has taken part in “El sodero de mi vida”). Por lo mañana había ido a visitar el bunker que se puede exhibir orgulloso: el gabinete de guerra subterráneo desde el cual Churchill dirigió su esfuerzo militar, manteniendo al Reino Unido prácticamente como la única democracia de Europa. Es gracioso que cuando busqué el otro bunker, el bunker al que por cierto Perón le ponía sus porotos (!), no lo encontré. Los rusos lo incendiaron y los alemanes borraron todo rastro de donde estaba la puerta. Berlín se perdió así un museo.
Me dio gracia que ahí tenía a los dos personajes que Manucho me proponía como tema de debate. Uno de los grandes de la historia, con grandes virtudes y grandes defectos (su mentalidad colonial es uno de ellos), y otro de los personajes menores (un tipo cuya influencia mundial hoy en dia es mas patente en el folclorismo de su esposa que en sus ideas políticas). No me parecen comparables.
En fin, que es mejor pasar cuando a uno le proponen discutir cosas así. Cuando Manucho empezó diciendo que él era de los que “resistían las ideas que venían del FMI y Norteamérica”, me debería haber dado cuenta de que estaba perdiendo el tiempo. Generalmente (aunque no siempre) los que se quejan de las ideas económicas canadienses suelen ser gente poco práctica y con un gran sentido de la autodestrucción.
Ayer salió en la Nación que la Argentina había perdido puestos en la competitividad mundial. Mientras que ciertos índices estaban bien (la educación primaria por ejemplo en el puesto 23 a nivel mundial), en la gestión pública estábamos 107, solo a 7 lugares de peor calificado (me imagino que sería Burundi o Sri Lanka). Esto, como le dije a Manucho por teléfono, es lo que me preocupa del peronismo: su nulo acento en el gran problema argentino, que es para mi la calidad de la gestión pública (eso incluye desde los hospitales, hasta los fondos fiduciarios, el rating B, el default y la policía que parece que se cargó al albañil López). El peronismo no sabe de management y transparencia, no sabe de gestión democrática, de meritocracia en los cargos públicos, etc...y eso hasta Manucho me lo admitió. Por lo tanto seguiremos siendo pobres.En resumen, no voy a discutir sobre Churchill cuando tenemos a Quindimil, Moreno y de Vido gobernándonos a nosotros. Algún dia a Manucho le va a tocar trabajar e invertir en el país. Ese dia tal vez se de cuenta de que lo mas probable es que se llene de problemas, los problemas de la pobreza. Esa que no solucionaremos jamás con este liderazgo, ni para los peronistas ni para la gente normal. Salvo que Manucho se encuentre un “currito” de esos en la Universidad, o en el Partido o en el gobierno que le permita vivir muy bien y seguir siendo un “perfecto idiota” al mismo tiempo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

En unos días te contesto. Leí muy rápido el post y solo alcancé a reírme con tu agudeza y alcanzar a ver la verdad de algunos de tus argumentos. Al pasar te puedo decir solamente que para mi las cosas no se evalúan así ni en moral y en política y que de ningún modo negué tus logros académicos ni mucho menos tu afán por la verdad. Ahora, me parece que te excedes un poco cuando hablas de mis futuros probables. Si queres lo hablamos personalmente, pero te puedo adelantar que ninguna de esas “argentinadas” (para concederte que los argentinos somos básicamente eso) esta entre mis planes. Igual no tengo porque dar cuenta de mi moral con vos ni mucho menos. Supongo que te sentirás irreprochable en ese terreno para animarte a apostar que los demás van a actuar por debajo de tus estándares. Bueno, nada mas…un abrazo
Manucho

Anónimo dijo...

Ruso, concuerdo con lo que decís en general, pero no del todo con eso de que el peronismo no logra poner el acento en el tema de la mala gestión de la Administración.
El peronismo no puede hacer tal cosa, en tanto que él es una de las causas claves del deterioro de esa Administración.
Con su política de "inundar" la administración de fieles, fue mediocrizando, año tras años, los cuadros de la gestión, cosa que luego no fue revertida por los gobiernos que le sucedieron, y así, entonces, cada vez fue peor.
Obviamente hay diferencias al interior del régimen peronista (o de los regímenes peronistas, si suponemos que hay varios peronismos). No es lo mismo el manejo de la Adminstración que hace el kirchnerismo que el que hizo el menemismo.
Y voy a decir algo que sonará a herejía para los politically correct: la gestión concreta, no la dirección, no las cabezas, sino las terceras y cuartas líneas de gestión (y, en casos, hasta la segunda), eran mucho mejores (muchísimo mejores) en los '90 menemistas que en estos años de progresía kirchnerista.
Sucede, simplemente, que los menemistas no saben gestionar, y a sus hombres fuertes (primeras líneas, digamos) les interesaba básicamente hacer caja, dejando que otros que no eran del palo "gestionaran". Ahí apareció, gracias a Cavallo, el famoso "Estado paralelo", financiado con fondos BIRF y BID.
Ahora, en cambio, el kirchnerismo lleva a la máxima expresión la política de inundación de la Administración, y si uno no es del palo, pero del palo - del palo, no tiene lugar. De ahí que, de repente, aparecen kirchneristas por todos lados, ex fervientes noventistas de repente se hicieron progres con el fervor del converso: todo sea por mantener el contrato.
Sin embargo, estos conversos, aún así, son relegados más y más abajo, dejando que los acólitos de pingüinos de diversa laya y pelaje ocupen cualquier cargo que reporte dinero y/o exposición pública indirecta (es decir, que pueda ser capitalizado por alguien, de Subsecretario para arriba).
Un ejemplo paradigmático de esto es el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Allí inundaron todo de kirchneristas del palo, todo, no dejaron nada. Y eso por no hablar de Infraestructra... Y podríamos seguir.
El peronismo, Ruso, no puede poner el acento en la calidad de gestión porque fue el que moldeó una matriz de gestión específica: la que impera en los últimos 60 años.
La causa no puede mirarse a si misma.
A la causa solo queda combatirla hasta extirparla.
Saludos

Anónimo dijo...

Perdón Nazarena!!! Volvé!!! Prefiero tus escándalos a esta árida discusión sobre el eterno problema de que la Argentina (sí,en general) no funciona por culpa del peronismo (así, en general). Dos abstracciones sin sentido. Lo mismo que esas vueltas retóricas por las cuales el menemismo termina siendo mejor que el kirchnerismo. También sostienen que el PAMI era mejor en tiempos menemistas?

Anónimo dijo...

Ese Manucho y ese Maino hablan dos idiomas diferentes e irreconciliable. Por eso el debate parece avanzar, pero sólo retrocede.

Anónimo dijo...

usuario anónimo, me gusta el debate, el intercambio de ideas, pero leo tu comentario, e intuyo que sería estéril intentar intercambiarlas con vos; por un lado, porque preferís hablar de Nazarena Velez (supongo que es una ironía de tu parte), y por el otro, porque se desprende de tu texto que no captás lo que escribí, a la par que sos partidario de las simplificaciones prefabricadas, en lugar de, por ejemplo, expresas generalidades fundadas. Claro que si no te gustan las generalizaciones, siempre se puede poner el acentro en particularidades, las cuales serían aún más fundadas, y el peronismo es una cantera inagotable (el peronismo como totalidad, y el peronismo como fragmentos o ciclos, al estilo de Horowitz), una cantera inagotable de ejemplos particulares de por qué fue y es el nodo nefasto de la historia argentina contemporánea.
podríamos hacerlo, pero según infiero de tu comentario, insisto, sería estéril.
saludos

Anónimo dijo...

El problema es que nunca nada es mejor o peor para todos. El famoso bien común. El peronismo fue bueno para muchos (adquisición de los derechos obreros, vacaciones pagas, indemnización por despido, convenios colectivos de trabajo, suba real de los salarios pese a la inflación), regular para otros (cuentapropistas, pequeños y medianos comerciantes) y muy malo para otros (intelectuales, y sectores de poder tradicional en la Argentina).

Anónimo dijo...

Efectivamente, nunca nada es mejor o peor para todos, porque la sociedad no es de iguales, y lo que a uno se le da, se le quita a otro.
El conflicto es inherente al desenvolvimiento capitalista. Eso ya es una verdad de Perogrullo.
El tema pasa por cómo administrar el conflicto, ya que es imposible finalizarlo sin que implique, claro, la disolución de la sociedad capitalista. Otra verdad de Perogrullo.
Ahora bien, el cómo lo administró el peronismo, a qué costo, con qué instrumentos, y con qué consecuencias, es el eje sobre el que habría que poner la reflexión.
Cada una de las afirmaciones que hacés, usuario anónimo, en relación a para quién y en qué fue bueno, regular o malo el peronismo, podrían ser debatidas.
Por caso: fue bueno para esos “muchos” que mencionas (y supongo que te debés de referir a la clase trabajadora, no?), fue bueno, preguntaba, para los trabajadores el modelo de sindicalización que impuso el peronismo? Junto a las indemnizaciones por despido (que luego el mismo peronismo, en su vertiente menemista, redujo a su mínima expresión), el peronismo implementó la afiliación sindical cuasi-coercitiva (o sin el cuasi), las listas únicas como “elementos de unidad”, el surgimiento de una burocracia sindical que bien conocemos. Junto a los convenios colectivos de trabajo, a la puesta en vigencia de la legislación laboral de cuño socialista (de Palacios, digo), y al turismo “sindical”, por citar tus mismos ejemplos, el peronismo dio lugar a la consolidación de un colectivo integrado por los “gremialistas”, esos mismos que se sentaron con la “Revolución Argentina”, con el “Proceso de Reorganización Nacional”, y que, entre otras cosas, aportó sus fuerzas de choque para los golpes institucionales de 1989 y 2001. Esos mismos que, como Triaca, fueron ministros del menemismo, vertiente peronista que se especializó en desactivar la legislación laboral más “pro-trabajadora”, nacida, precisamente, de aquel otro gobierno peronista, o esos mismos que, como “los gordos” se bancaron todo el menemismo a cambio de que les dejen manejar sus obras sociales, al igual que transan con el régimen kirchnerista la aceptación de la inmutabilidad del régimen de las AFJP (contra las que despotricaba Moyano hace poco tiempo, te acordás?), a cambio de seguir manejando esas mismas obras sociales (receptoras de cuantiosas partidas originadas en la Superintendencia de Salud) y de que el “progre” ministro Tomada continúe sin reconocer la representatividad de la CTA (suponiendo, claro, que la CTA tenga alguna representatividad real).
Por lo tanto, estimado usuario anónimo, aún lo “mejor” del peronismo –la legislación laboral, usando tu ejemplo- fue a costa de dar lugar a la consolidación de una de las corporaciones de mayor y peor influencia en el devenir histórico contemporáneo argentino, como es el sindicalismo expresado en la CGT.
Cuestión de costo/beneficio? Chi lo sa.
Saludos

Sibelius dijo...

Nosotors desde Sibelius saludamos el retorno a la arena bloguera del peso pesado del Ruso, y la participación polémica, porque a nosotros la primavera nos secó las ideas.
Ahora, no sé si es posible hablar de las "culpas" del peronismo en el sentido en que lo hacen el Ruso y Alejandro simplemente porque es un movimiento tan dominante en la política argentina que abarca todo lo bueno y lo malo que le ha pasado a este país. Pero parte del drama del peronismo es que muchos de los que lo consideraban inaceptable consideraron cualquier método válido para erradicarlo. Golpes de estado, bombardeo,fusilamientos, persecusiones,desaparición de personas, prohibición de nombrar al General... y con todo eso no hicieron sino exacerbar las peores características del peronismo.

Anónimo dijo...

No soy Alejandro, soy Marcelo (el que hizo los comentarios anteriores), y dado que infiero que el comentario de Sibelius me toca de alguna manera, quiero aclarar que no porque considere al peronismo un elemento nefasto para el país, no por eso apelaría (ni lo hice ni propongo hacerlo) a la fuerza para erradicarlo.
De hecho, es votado por la gran mayoría, y sacarlo por la fuerza, implicaría violentar la voluntad de la gran mayoría. Y no coincido con el foquismo iluminista.
Simplemente, digo que es un hecho nefasto, lo disecciono, lo analizo y, no me queda otra, lo soporto.
Cuando me referí a extirparlo, de modo figurativo, no fue en relación a un golpe de estado, sino a un proceso de larga data, de combate por las ideas. Combate que, lo sé, está perdido de entrada.
De todas maneras, pese a ser que hay peronismo (con Kirchner o con el capanga que sea), y mientras la gente lo vote, no me queda más que low profile, acumular lo que se pueda, leer todo y más, escuchar todo y más, beber lo mejor que encuentre y ayudar a mi hijo para que estudie y se pueda ir del país.
Saludos

Anónimo dijo...

No lei todo con cuidado, pero resalto como lo mas idiota lo del anonimo. Franco dio los mismos derechos que Peron a los laburantes, exactamente los mismos. Pero sus politicas econimicos despues del 59 fueron totalmente distintas. Dar derechos sociales no es dificil y lo han hecho por izquierda y muchisimo por derecha (el primero el "zurdo" Bismarck). La cuestion es implementar politicas que sostengan esos derechos sociales. Es facil dar derechos sociales por papel, es facil tambien darlos en la realidad cuando tenes recursos (y el momento de peron era de cofres llenos...europa despues de la guerra, commodities al alza, etc...). Lo dificil es crear politicas sensatas y un ambiente economico de inversion e innovacion que permitan sostener un nivel de vida alto. Cuando leo estas cosas es que no me da mas ganas de escribir en este blog...es absolutamente idiota confundir dar derechos con tener un gobierno que estimule la creacion economica y el crecimiento sustentable.
Dios mio...quien nos metio tanta slogan y mierda en la cabeza?
Ademas....me van a decir que los ricos se perjudicaron alguna vez en la Argentina? Macri, por ejemplo, la esta pasando mal con Kirchner? No fue a punta del este el verano pasado?

Anónimo dijo...

Otra idiotez es la de Sibelius....(el blog anterior era mio pero no lo firme). Que es eso de que es "todo lo bueno y todo lo malo"?.
Lo unico que es verdad es lo que dice Marcelo: la unica salida a la argentina peronista es ahorrar para que tus hijos se vayan. La unica. Y sinó...mirà la historia.
(voy a leer los mails de Marcelo con mas cuidado ahora).
El Ruso

Sibelius dijo...

Yo no le digo, Ruso, cuando sus argumentos me parecen pelotudos. Simplemnte porque no pienso que quien opina diferente que yo sea inevitablemente estúpido. Y sobre eso trataba el post de arriba en el que usted empezó a pegar epítetos descalificatorios: que si uno se va a poner a destruir el argumento ajeno tachándolo de imbecil, no tiene sentido ninguna polémica. Uno debería tener una actitud medianamente permeable hacia las ideas del otro, o si no, fingir que escucha para perpetrar el mal entendido de la comunicación.

Anónimo dijo...

Sibelius,

Acabo de escribir que no se con quien hablo cuando hablo con sibelius. Pero sea quien sea, yo acepto ver la realidad...me puede decir pelotudo con toda confianza.
El Ruso

Pd: lo de "todo lo bueno y todo lo malo" no sirve, es una trampa.