Ayer estuvo en Mar del Plata Miguel Brascó dando una charla sobre vinos. Pero se trató de la antítesis de los discursos típicos sobre el tema. Se dedicó a desmitificar. A alentarnos a tomar y comer sin preocuparse por el contorno de vainillas y los frutos rojos. A disfrutar antes que a entender o ser experto. Y criticó a los bobetas que toman vino porque es fashion, pretendiendo hacer inteligentes análisis sobre la materia, pero olvidando que lo más importante es la sutil trasposición de los sentidos. Habló a lo largo de una hora y media sobre historia, cine, economía, comida y más. Divirtió a todos con sus anécdotas y puso a rayas a los bobetas que se quisieron hacer los entendidos. Entre tanto, la concurrida asistencia tomaba vino y picaba quesitos. Concluida la charla cenamos copiasamente y seguimos tomando vino, charlando, en fin, pasándola bien.
Cuando nos fuimos nos extrañó ver la ciudad desierta y otros locales gastronómicos vacíos en una noche excepcionalmente primaveral.
P-P Nero junto a Brascó fue todo un éxito, lo que demuestra que los marplatenses no salimos mucho no sólo a causa de ser amargos, sino también por la falta de ofertas atractivas para pasarla bien.
viernes, agosto 25, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
probaste con hacerte romper el culo?
Publicar un comentario