En cualquier conversación sobre literatura argentina aparece el nombre de Bioy Casares. No obstante, es un autor tan nombrado como poco leído. Esto es, más allá de sus trabajos más célebres –Diario de la guerra del cerdo y La invención de Morel-, los escritos en colaboración con Borges y algún cuento incluido en antologías de literatura argentina, gran parte de la extensa obra de este escritor goza de pocos adeptos. Dormir al sol, por ejemplo, es una novela tan brillante como original. El autor imagina una trama de ciencia ficción que sirve como excusa para una reflexión sobre las relaciones entre hombres y mujeres y para desentrañar aquello que nos hace estar enamorados de una persona.
En El héroe de las mujeres ocurre algo similar. Se trata de un volumen que incluye varias novelas cortas, que coinciden en buscar argumentos vistosos para reflexionar sobre lo que seduce a las mujeres. Bioy confiesa que cuando dicta a su secretaria la frase: “El héroe de las mujeres no siempre es el de los hombres” es ella quien conjetura que se trata de un excelente título para un libro. Sin embargo, este título excede esa casualidad, porque Bioy mismo fue frecuentemente ese ídolo de las mujeres. Aquel que supo seducir y encantar a damas de todas las edades, y por eso conocía esos resortes profundos que ganan el corazón de una mujer.
De esta manera retrata a un joven que descubre un túnel extraño que lo lleva fuera del país. Ese pasadizo es frecuentado por peligrosos contrabandistas, no obstante, él prefiere usarlo -pese a los riesgos- para visitar a una mujer separada y desconsolada. El protagonista de otra de las historias sabe que el secreto de la intimidad está en la charla, en compartir y discutir sobre lo que apasiona al otro. Lamentablemente, tiene la desgracia de elegir mujeres que se interesan por la fijación de médanos, tema que a él le resulta aburrido por completo. Otro relato –el que le da título al volumen- ocurre en un paraje rural donde un joven ingeniero y un maduro hacendado y su esposa se refugian en una estancia abandonada para certificar la existencia -o descartar el mito- de un tigre que ronda por los pagos. Mientras viajan, cuentan la historia del hombre que fuera dueño de la estancia: taimado, corrupto, dado al juego y a las mujeres. Es entonces cuando Clara desliza la frase que inspirara a la secretaria de Bioy, dejando traslucir que una mujer puede enamorarse de un sujeto que resulta un simple canalla para los hombres.
La reedición de la obra de Bioy Casares por parte de Emecé en un formato atractivo, puede acercar la gran fama del escritor con la lectura efectiva de su obra.
En El héroe de las mujeres ocurre algo similar. Se trata de un volumen que incluye varias novelas cortas, que coinciden en buscar argumentos vistosos para reflexionar sobre lo que seduce a las mujeres. Bioy confiesa que cuando dicta a su secretaria la frase: “El héroe de las mujeres no siempre es el de los hombres” es ella quien conjetura que se trata de un excelente título para un libro. Sin embargo, este título excede esa casualidad, porque Bioy mismo fue frecuentemente ese ídolo de las mujeres. Aquel que supo seducir y encantar a damas de todas las edades, y por eso conocía esos resortes profundos que ganan el corazón de una mujer.
De esta manera retrata a un joven que descubre un túnel extraño que lo lleva fuera del país. Ese pasadizo es frecuentado por peligrosos contrabandistas, no obstante, él prefiere usarlo -pese a los riesgos- para visitar a una mujer separada y desconsolada. El protagonista de otra de las historias sabe que el secreto de la intimidad está en la charla, en compartir y discutir sobre lo que apasiona al otro. Lamentablemente, tiene la desgracia de elegir mujeres que se interesan por la fijación de médanos, tema que a él le resulta aburrido por completo. Otro relato –el que le da título al volumen- ocurre en un paraje rural donde un joven ingeniero y un maduro hacendado y su esposa se refugian en una estancia abandonada para certificar la existencia -o descartar el mito- de un tigre que ronda por los pagos. Mientras viajan, cuentan la historia del hombre que fuera dueño de la estancia: taimado, corrupto, dado al juego y a las mujeres. Es entonces cuando Clara desliza la frase que inspirara a la secretaria de Bioy, dejando traslucir que una mujer puede enamorarse de un sujeto que resulta un simple canalla para los hombres.
La reedición de la obra de Bioy Casares por parte de Emecé en un formato atractivo, puede acercar la gran fama del escritor con la lectura efectiva de su obra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario