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lunes, agosto 07, 2006

Hasta que te encuentre, por A.B.

En su última novela, Hasta que te encuentre, John Irving halla una forma ingeniosa para contar la historia de Jack Burns. La psicóloga de Jack le pide a este actor confundido y conflictuado por una tormentosa vida familiar y sentimental que cuente cronológicamente, sin omitir nada, todo aquello que lo haya hecho reír, llorar o indignarse. Ese largo monólogo, llevado a forma escrita, es Hasta que te encuentre. El relato comienza a los cuatro años de Jack, cuando se traslada con su madre a distintos puertos del Mar del Norte y del Mar Báltico en busca del padre desaparecido de Jack. La madre de Jack, Alice, es tatuadora y se trasladará siguiendo las pistas de Williams -un organista eximio- mientras ejerce su curioso oficio. Aquí Irving despliega sus excepcionales dotes de escritor recurriendo a la memoria imperfecta de un niño. Los importantes sucesos de ese viaje no serán mezclados con la voz de ningún narrador omnisciente. La sustentabilidad misma de la narración está vinculada a esa memoria imperfecta y manipulable.
La vida de Jack a su regreso a Canadá cambiará radicalmente. No sólo porque mudará esa forma de vida gitana en hoteles y estudios de tatuajes para ir a un buen colegio y llevar una vida acorde a la de un niño de su edad, sino porque su madre lo distancia cruelmente de sí. De esta manera, Jack vivirá muchas experiencias curiosas y una iniciación sexual traumática sin que su madre, que parece dedicada a una vida desordenada, advierta nada extraño. En ese momento se definirán muchos aspectos de la vida de Jack: su afición por la actuación, su gusto por las mujeres mayores, su tendencia al travestismo.
Ya siendo un actor de Hollywood exitoso, Jack Burns regresa a Europa, a aquellos puertos de ese viaje a los cuatro años que signara su vida. Es entonces que descubre que la mente de un chico de cuatro años es incapaz de retener un sinnúmero de detalles y contradicciones, y que si a ello sumamos una manifiesta voluntad por confundirlo, la realidad pudo ser muy diferente a como él la imaginó. En su segundo viaje, Jack encuentra nuevas pistas sobre su padre, el Hombre partitura, que tatuaba sus pasajes musicales preferidos en su cuerpo, para señalar la forma en que la música sacra había marcado su vida.Decir que el relato de Irving es tan atrapante que sus más de mil páginas corren muy rápido, o contar que el personaje de Jack es tan contradictorio como adorable, no parecerá una novedad a quienes hayan leído ya alguna novela de este autor. No obstante, es preciso remarcarlo cuando este trabajo ha sido bastante maltratado por la crítica, dejando la sensación de que es aburrido o ilegible. Sí podemos acusar a Irving de utilizar fórmulas que ya aparecían en sus novelas anteriores: un padre desconocido (El mundo según Garp), el abandono materno (Una mujer difícil), largas descripciones de encuentros de lucha (El mundo según Garp), el deseo sexual por las mujeres mayores (Una mujer difícil), relaciones incestuosas (El hotel de New Hampshire), narraciones de la vida diurna de las prostitutas en las zonas rojas, transformando lo sórdido en cotidiano (Una mujer difícil). No obstante, cuando leemos Hasta que te encuentre, no tenemos la sensación de estar ante un texto ya visto, el ensamble que Irving hace de este material crea una historia verdaderamente original y conmovedora.

3 comentarios:

guillermo piro dijo...
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Anónimo dijo...

Guillermo...halla del verbo hallar (encontrar) es con ll, haya del verbo auxiliar haber es con y. O no?

El Ruso

Anónimo dijo...

Muy bien, Ruso!