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lunes, agosto 07, 2006

Estoy leyendo: El Interior, Martín Caparrós, por V.G.

Aclaremos en primer lugar que Caparrós no es un personaje que me caiga especialmente bien, menos aún luego de verlo despreciar a nuestro permanente periodista local Adalberto Vecchiarelli en una presentación del libro “Amor y Anarquía”, libro que disfruté mucho por una cuestión generacional.
Personalmente me apasionan las crónicas de viajes, especialmente cuando el viajero es aquel que le gusta indagar en el aspecto humano de un lugar y no tanto en la simple descripción de paisajes, edificios y monumentos.
Plagado de cierta pedantería, hasta cierto punto reconocida por el autor, El Interior es un libro bien escrito, ágil y humano. Humano porque está plagado de prejuicios, que en algunos momentos chocan con la realidad o en otros casos se confirman en los diálogos e indagaciones del autor. Humano porque el autor sabe tener empatía con sus interrogados y deja la ironía o el sarcasmo para compartirla con el lector.
En algunos de los capítulos que he leído me he enterado sobre el resurgimiento de la ciudad de Federal (refundada durante la dictadura) , la pobreza extrema en Concordia, el acuífero guaraní, la sociedad rosarina, la belleza de Misiones, el gauchito Gil y otras yerbas.
El libro de Caparrós intenta indagar sobre el concepto del “Interior” y lo hace no con sesudos análisis académicos-históricos sino recorriendo las rutas y los pueblos, comiendo en parrillas de ignotos poblados, internándose en las villas miseria, charlando con políticos, periodistas, hombres y mujeres anónimos.La respuesta a la definición que Caparrós busca tal vez no exista, pero seguramente el viaje, el camino, el interrogarse sean ya desafíos suficientes y apasionantes por sí mismos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es de putos leer libros de Caparrós.

Anónimo dijo...

es de viejo bala usar los bigotes como Caparrós

Anónimo dijo...

es de mal escritor escribir como caparros. alejandro

Anónimo dijo...

Es quizás uno de los mejores libros que leí. su narrativa es atrapante su parcialidad en todo lo que escribe no sólo es evidente lo hace único, lo hace realista, uno juzga las cosas tal cual las ve la primera vez. si él de Gualeguaychu se acuerda de una pareja de novios apretando contra un árbol... Gualeguaychu es una pareja de novios apretando contra un árbol y fin del debate impunidad pura te guste o no, este equivocado o no. Parcial, injusto, directo.. para mi perfecto.