Tsotsi es una película que retrata la vida marginal en Johannesburgo. Tsotsi y sus amigos son jóvenes delincuentes sin compasión. Están llenos de odio y crueldad. Las primeras escenas del film son escalofriantes, al punto que uno comienza a preguntarse por qué eligió esa película. Tsotsi se distancia de su banda por ser demasiado violento. Entonces inicia una serie de atracos solo. Se dirige a un barrio residencial y roba un lujoso auto mientras la dueña sale del coche para abrir el portón. La escena se complica porque la mujer se resiste. Él le dispara y se va. Cuando creemos que la película consistirá en una serie de robos violentos sin solución de continuidad, el panorama cambia. Tsotsi escucha ruidos en la parte trasera del vehículo. Allí hay un pequeño bebé en su butaca. Tsotsi podría haber tirado al bebé por la ventanilla, pero entonces la película hubiera carecido de trama. Él conserva el bebé, y a su manera, intenta cuidarlo. De esta manera, Totsi se conecta con el niño que alguna vez fue. Recuerda la huida de su hogar y la vida en los caños. Este costado humano del protagonista no significa que su vida se reencauce. Es un film realista, él no puede recuperar su infancia perdida e irse de vacaciones a Disneylandia. Es por eso que la película es buena. Por eso y por la soberbia actuación de su protagonista: un chico de 13 ó 14 años que con gestos mínimos, sin histrionismo, muestra la dureza de la existencia marginal y cómo bajo una pátina de crueldad se puede esconder la fragilidad de un chico obligado a crecer demasiado rápido.
lunes, agosto 07, 2006
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