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domingo, agosto 27, 2006

La cultura como negocio

Cada vez que se habla de un museo, un concierto de música clásica o cualquier evento relacionado con la alta cultura, se apela al “apoyo oficial” alegando que “no se alimentan ese tipo de iniciativas para mantener al pueblo en la ignorancia y así manejarlo mejor”. Ese es un argumento estúpido e injusto de los que quieren obtener esos subsidios para vivir sin trabajar, y encima esperan ser tratados como héroes por la comunidad.
Nunca me voy a cansar de repetir la inequidad que supuso el reemplazo de Di Tella en la Secretaría de Cultura por resaltar la imbecilidad de la tilinguería intelectual. La Secretaría de Cultura financia proyectos destinados a una pequeña fracción de la clase media cultivada capitalina, que no tiene por qué esperar que los recursos estatales se vuelquen en ella, en lugar de en los sectores desfavorecidos de la sociedad a los cuales les importa un bledo el ballet, porque necesitan zapatillas (y no de punta).
Quienes quieran fomentar estos emprendimientos deben recurrir al ámbito privado, y para tal caso, les ruego que busquen mejores argumentos que el enriquecimiento del espíritu. Uno de ellos es, tal vez, que la cultura puede ser un buen negocio. Por ejemplo, en un sitio que aspira a atraer el turismo, ampliar la oferta cultural contribuye a ampliar el espectro del turismo que se aspira recibir. Cuatro o cinco buenas iniciativas culturales justifican una escapada de fin de semana desde el interior, con buen o mal clima.
Un ejemplo. Supongamos un pequeño museo de arte moderno, donde se reúna una mínima colección (pero buena) y se reciban muestras itinerantes desde Buenos Aires, Córdoba o Rosario, a la par que se organicen algunos eventos interesantes. A mucha gente entusiasta que ni se le ocurre venir a ver a los lobos marinos y chupar frío, puede que se le cruzara pasar a ver de qué se trata. Lo mismo pasaría con el teatro, la música y el cine (miren la cantidad de gente que trae el festival de cine, aún con todas sus falencias).
Es decir, es factible entender la oferta cultural como un buen negocio, sin que eso implique un economismo obtuso. Esto es, buscando empresas que apuesten a lo mejor de la gente. Dando un ejemplo burdo, es como Cuatro Cabezas y Tinelli. Los primeros aspiran a hacer televisión de calidad, se preocupan por fomentar la conciencia política, etc. Los segundos apelan a la sensibilería barata de llevar a ciegos y enanos como en un circo o el chiste fácil sobre minas o putos. Eso no quiere decir que los primeros sean filántropos y los otros comerciantes. Sólo tenés que saber cómo vender tu producto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

POR FIN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Lo unico que no entendi es lo de economismo obtuso. La guita sigue a una tir, un retorno. Por eso se invierte en lo que frente a otras oportunidades da mas...el museo que ud. dice va a conseguir guita si no se gana mas dinero plantando soja.
Hay un tema de "externalidades"....pero mejor que saque tir y despues hablamos...

El Ruso

Sibelius dijo...

Lo que usted no tiene en cuenta es el factor personal, Constantini pone guita en el museo porque tiene mucha y se le canta, no porque le de más la soja. Ahora parece que Amalita quiere hacer otro tanto. No creo que los capos de la pesca marplatense piense de la misma forma.

AL-JAZERRA dijo...

En los 8o, teniamos en el museo castagnino a venturino (pesca) y zucatosta, en la comision de "enemigos", como nosotros le deciamos despues se fundieron. y ahora para no ser amargo un chisme del ambiente para que vean lo que son los empresarios locales, durante cuatro temporadas se hizo la bienal ucip, se traian diez de los mejores pintores nacionales (bs as), y dos pintores marplas se invitaban, uno por trayectoria, y el otro el ganador de ese año del salon municipal,los nativos siempre compitieron entre si, habia un premio ucip, y otro mardel. en el 83 se hizo por primera vez de dibujo intervinieron artistas de la talla de gorriarena, robirosa etc, gane el marplatense y el nacional, me pagaron uno solo, en tres cuotas y no se dio mas por que un marpla. no daba lustre.hay esta el triptico tristemente colgado en ucip. esos fueron nuestros escollos. alejandro.

Anónimo dijo...

Tito...pero el blog suyo era la cultura como negocio o la cultura como pasatiempo de millonarios? Constantini pierde, segun clarin, 4 palos al año. Si ese es un negocio.
Hay dos mundos, el de la religion,la mistica y las donaciones de Constantini y el de la oferta y la demanda. Por el titulo de su blog pensé que hablabla de este segundo mundo.
El Ruso

Anónimo dijo...

Alejandro,

En eso tiene razón tito....el empresariado local es raquitico en números y en ideas. No hay actividad económica importante. Si hay que hacer algo, se le va a pedir guita a Cabrales que hace un poco de punto.
Me parece que la estrategía para conseguir apoyos es una que empezó Tito: ir a golpearle la puerta a empresas grandes. Al fin y al cabo, Visa y Molinos venden en Mardel.
Pero lo ideal sería, en sintonía con lo de tito, hacer negocios que siempre tienen mas éstabilidad y dejan mas contento a todos.
El Ruso