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martes, noviembre 22, 2005

¿Tengo cara de facho?, por H.C.

Cuando estábamos de Luna de Miel en New York, un día fuimos a almorzar a un restaurante chiquito y encantador. La mesa en la que nos sentamos quedaba pegada a la de una pareja de españoles que también estaban de Luna de Miel, sólo que tenían alrededor de cincuenta años, y habían decidido casarse luego de haber convivido veinticinco años.
A los pocos minutos estábamos hablando animadamente, y ellos se manifestaron muy contentos de charlar con argentinos, que dijeron eran el pueblo latinoamericano con el que sentían mayor empatía, por ser de composición netamente europea, sin segmentos de población negra, indígena o mestiza. Ante nuestra sorpresa, el español desplegó un discurso xenófobo propio de la mentalidad colonialista: superioridad del hombre blanco, inferioridad de negros e indígenas y carácter taimado y degenerado producto de las mezclas raciales. Lo preocupante no fue el carácter retrógrado del pensamiento del español, ni que sus teorías racistas no vinieran a cuento en la conversación, sino el hecho de que realizara estas declaraciones ante completos desconocidos, que podían estar en desacuerdo con él; o ser producto de las mezclas que él denostara, con lo cual podría haber pasado el papelón de su vida.
Lo llamativo es que los dichos del español no son un fenómeno aislado. Muchas veces la gente me ha hecho partícipe de sus ideas racistas, antisemitas, su desprecio por los pobres, su odio por los militantes de izquierda, su deseo de matar a la población carcelaria, su defensa de la última dictadura militar, etc. Lo que no me explico es: ¿ cómo se animan a decir estas cosas sin saber si soy hijo de un boliviano, judío, si mis primos viven en una villa, si soy hijo de desaparecidos, si tengo un hermano preso en Batán?... ¿Es que es tan común pensar así que no se les ocurre que uno pueda disentir?¿Por qué creen que soy un interlocutor válido, que no se va a mostrar enojado u ofendido?
Yo siempre manifiesto de forma cortés mi desacuerdo, pero me quedo preocupado pensando: ¿Tengo cara de facho?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

o de hipocrita?

Anónimo dijo...

Te conozco anónimo!! Vos en que categoría entrás?

Anónimo dijo...

yo soy puto

ugenia dijo...

jajaja

Anónimo dijo...

La respuesta es simple: no les importa.Qué les importa a ellos ofender a un ser al que consideran "inferior"?
Y, de paso, les sirve para saber con quién están hablando.
Si saltas, sabrán a qué "clase" perteneces y allí se habrán acabado la amistad y la conversación.
Si callas, otorgas, así que habrás ganado una nueva amistad, horrorosa, pero bien merecida...