La novela "El gran sí", de Mark Costello retrata una serie de personajes memorables, como un miembro del equipo de protección personal del vicepresidente de EE.UU. en campaña electoral, un brillante matemático devenido en creador de un violento juego de computadora, o una ambiciosa vendedora de bienes raíces; pero de alguna manera en la novela del joven narrador estadounidense falla la amalgama de los elementos, el ritmo de la narración y es posible ver que el final del relato aparece de manera demasiado trabajosa.
Es frustrante ver cómo un material con tanto potencial no logra plasmarse en una novela memorable. No significa que "El gran sí" sea irremediablemente mala, es sólo que cuando un libro permanece más de quince días en la mesa de luz, evidentemente le sobra o le falta algo, como para que uno no se devore sus páginas hasta el final.
"El gran sí" tuvo la virtud de anticipar al 11 de Septiembre, la fragilidad de la seguridad en un país donde existe el derecho a portar armas, y donde el sistema alimenta una serie de psicópatas, excluídos y renegados que caminan libremente por las calles.
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