El espíritu cholulo es inevitable, y Sibelius no reniega de su condición. A las resonantes visitas de Moria Casán y Andrea Frigerio, ahora agregamos la del filósofo eslovaco Slavoj Zizek.
La presencia de un hombre barbudo, desprolijo y con aire de confusión, acompañado de una joven y bella mujer llamaba de por sí la atención. Al entrar a nuestro negocio, la bella mujer marcó primero con su dedo la tapa de "El títere y el enano" para a continuación marcar al hombre de la barba y decir: "éste es él".
El confundido Zizek se dirigió al sector de música clásica, balbuceó Shostakovich y tomó dos CD´s del citado compositor. Fin de la crónica. A continuación el filósofo y su bella novia modelo-estudiante se perdieron abrazados por la calle Güemes.
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