Muchos estudios certifican que el proceso de adquisición de la lengua se acelera cuando los padres establecen un fluído contacto oral con el bebé.
Una de las formas más positivas de establecer este nexo es leyendo breves relatos al pequeño. Más adelante, que los niños estén en contacto con los libros los ayuda en el proceso de lectoescritura.
Pero más allá de los beneficios para el desarrollo de la inteligencia, leer un cuento a tu hijo es un momento mágico del día, de contacto íntimo e irremplazable. Para que esa comunicación sea ideal, el libro debe ser el adecuado para la edad y desarrollo de tu hijo.
Los bebés de pocos meses pueden fijar la atención en los libros, siempre que tengan dibujos grandes, sencillos y coloridos. Otro aspecto importante es el material con que están fabricados los libros. Para los primeros meses deben ser de un cartón laminado muy duro, de tela o plástico (para usar en el agua). En principio, son ideales los libros de imágenes para señalarle al bebé, y luego, cuando ya pueden fijar la atención podrán escuchar alguna historia sencilla, preferentemente con rimas o repeticiones frecuentes.
1 comentario:
mmm... ese niño resulta conocido...
¿es que están todos en la onda Tinelli y se apovechan de las habilidades de las criaturas? (por lo menos garantícenle un contratito)
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