A mí me encanta mi país: todo informal, popular, tercermundista y charlatán. Pero hoy, sólo por hoy, quiero vivir en Suiza. Salir a la calle y que no esté lleno de soretes de perro, paquetes de galletitas, la poda bloqueando la vereda, los autos en doble fila, las bajadas para discapacitados tapadas por autos, los edificios históricos siendo demolidos, las obras sin tapar con cascotes cayendo sobre las cabezas de los transeúntes. Sólo por hoy. Mañana volvemos a la normalidad. Al país donde la norma es la excepción.
viernes, abril 14, 2006
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