El otro día vi una publicidad que no entendí. Se trataba de un cartel gigante de una conocida casa de decoración, que en la parte inferior tenía esta frase: “La felicidad no reside en anhelar lo que no tenés, sino en valorar lo que tenés”. Lo paradójico es que las casas de decoración moderna mantienen su flujo de ventas cuando la gente renueva el mobiliario y la decoración. Esto es, viendo las atractivas vidrieras uno admite que el sillón estilo country que compró hace unos años está out, porque lo que ahora impera es el retro `70.
Tal vez los publicistas están recibiendo influencia de la nueva corriente del anti-marketing, creada por Vicente Grondona Sr. Él le dice a los clientes de manera categórica: “No lleve ese disco, no es para usted”, “Para que va a comprar ese libro que repite las mismas ideas tontas que el autor explicara en sus seis libros anteriores”, o “Eso no le conviene comprarlo acá, porque en tal lugar está más barato”.
Cuando Don Vicente dice estas cosas su familia se agarra la cabeza, especialmente su nieto, pensando que podrá comprarse menos juguetes.
Pero curiosamente los comentarios de Vicente actúan de manera inversa: la gente se siente seducida a comprar lo que le dicen que no tiene que llevar. Tal vez muchos estén cansados de que le quieran vender a toda costa, o simplemente el rasgo se les ocurra pintoresco.Es por eso que los amigos intentan convencerlo para que escriba un libro con los fundamentos del anti-marketing, y ya están negociando los derechos con la Editorial Granica. Por supuesto, Don Vicente se negó, no sea cosa que el libro se transforme en un éxito editorial al estilo de “El triunfo de los perezosos”, “Elogio de la lentitud” o “Yo me he robado tu queso”.
Tal vez los publicistas están recibiendo influencia de la nueva corriente del anti-marketing, creada por Vicente Grondona Sr. Él le dice a los clientes de manera categórica: “No lleve ese disco, no es para usted”, “Para que va a comprar ese libro que repite las mismas ideas tontas que el autor explicara en sus seis libros anteriores”, o “Eso no le conviene comprarlo acá, porque en tal lugar está más barato”.
Cuando Don Vicente dice estas cosas su familia se agarra la cabeza, especialmente su nieto, pensando que podrá comprarse menos juguetes.
Pero curiosamente los comentarios de Vicente actúan de manera inversa: la gente se siente seducida a comprar lo que le dicen que no tiene que llevar. Tal vez muchos estén cansados de que le quieran vender a toda costa, o simplemente el rasgo se les ocurra pintoresco.Es por eso que los amigos intentan convencerlo para que escriba un libro con los fundamentos del anti-marketing, y ya están negociando los derechos con la Editorial Granica. Por supuesto, Don Vicente se negó, no sea cosa que el libro se transforme en un éxito editorial al estilo de “El triunfo de los perezosos”, “Elogio de la lentitud” o “Yo me he robado tu queso”.
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