El otro día vino un cliente pidiendo libros sobre "coachin". Le pedí que me repitiera porque soy medio sorda. Volvió a decir "coachin". Me encaminé hacia la sección de disciplinas orientales, pensando que así como existe el I-ching y el tao te king, habría alguna nueva disciplina denominada co-a-ching. Reviso: mantras, nodos lunares, flores de Bach, feng shui... Y entonces me doy cuenta... el hombre se refería al coaching. Esto es, a la capacidad para dirigir grupos dentro de una empresa.
Pero siempre de un equívoco puede resultar una idea. Estaría bien escribir un libro sobre coa-ching, esto es, el arte de conducir un equipo a partir de los principios de la filosofía oriental. Sería un éxito de ventas que emularía a El arte de la guerra para ejecutivos y Maquiavelo en la empresa. Sólo que podríamos aprovechar para imponer una tendencia a la mayor relajación y compasividad. Los equipos de vendedores deberían tener 15 minutos por hora para la meditación. Si el grupo no alcanza los objetivos propuestos para la campaña, el director tendría que hacer OMMM y pensar que el perfeccionamiento de su personal puede producirse cuando ellos reencarnen como buitres en su próxima vida. Además, deberían considerar que el perfeccionamiento y el equilibrio interior del personal son prioritarios, por lo que todos deberían poder dejar las oficinas para ir a clases de yoga, recibir masajes con aromaterapia, o irse al bar a tomar una cerveza (que es el método que elige la mayoría de la gente para templar su ánimo).
Y de paso, ya que están de moda los libros relacionados con Jesús, María Magdalena, Judas y compañía... también podríamos publicar un libro llamado El cristianismo en la empresa. A partir de él, los ejecutivos aprenderían a ser piadosos con su personal, contemplar las necesidades del otro, mitigar el ansia de lucro priorizando al ser humano y algunas otras tradiciones caídas en desuso.
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