Comencé hace unos días la extensísima novela de John Irving Hasta que te encuentre. He leído todos los otros libros del autor, por lo que no puedo privarme de éste, que ha sido señalado por el propio Irving como su trabajo más personal. Justo es decir que ha recibido críticas lacerantes, y que sus más de mil páginas acobardan un poco. Pero cuando nos encaprichamos con un autor, no podemos dejar de leerlo. Y digo encapricharse porque uno tiende a defender lo que le gusta. Cuando declaro que Irving es mi escritor favorito no pretendo decir que sea el mejor, sino simplemente me he encariñado tanto con el autor como con los personajes de sus novelas. Y es por eso que tomo con entusiasmo un extenso relato que Irving reconoce está inspirado en su propia vida.
En Hasta que te encuentre, Alice es seducida por un joven y talentoso organista de la parroquia en cuyo coro ella canta. Ella queda embarazada y él la abandona. Pero así como Alice se enamora de William irremediablemente, William descubrirá junto a Alice un universo adictivo que le permitirá a ella seguir su pista. El padre de Alice es tatuador, en su estudio el organista se hace el primer tatuaje de notas musicales, iniciando una pasión que no lo abandona. De esta manera, Alice podrá rastrear a William por Europa siguiendo la pista de los sujetos que tatúan al "hombre partitura". Esa búsqueda de Alice, marcada por la curiosa combinación de iglesias y estudios de tatuajes, será hecha junto a su pequeño hijo Jack, protagonista del relato.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario