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martes, julio 25, 2006

Respuesta al Ruso, por V.G.

Debo confesar que los largos comments de muestro comentarista estrella son particularmente atractivos. Responden a una línea de pensamiento aparentemente lógica, racional e informada. La cantidad de ecuaciones, nombres y referencias que realiza el Ruso son realmente apabullantes. Mis respuestas , generalmente breves, son para el Ruso algo así como "les hablé con la razón y me contestaron con el corazón". O podría decirlo como "te tiré datos de The Economist y me respondiste con una frase de Página/12".
El Ruso cree que mi principal pecado político es el de ser kirchnerista (si es que tal calificativo se aplica a quien lo votó) y por lo tanto, peronista -populista - demagógico. O simplemente idiota. Porque en la visión clara, pura y "racional" de nuestro querido amigo, los matices son sinónimo de tibieza. Y por sus comentarios y mails, plagados de ejemplos y contraejemplos, citas históricas y conclusiones tajantes, este gobierno es mediocre, poco democrático y nos va a llevar inexorablemente al fracaso. Peor aún, este gobierno es peronista, lo que en su mente liberal y europea, signfica que nos gobierna un grasa que usa traje cruzado, recauda alquileres en su provincia, es medio bruto y no conoce el mundo.
Mi primer atisbo de conciencia política (o algo así) fue allá por el año 1982, donde escribí en una agenda (pecado de niñez, ya que tener agenda a los 8 años califica para la página esdeputo.com ) la frase "papá odia a los militares". Cosa extraña, porque algunos buenos amigos militares de mi padre se sentaban con bastante frecuencia a la mesa de mi familia. Pero creo que ciertos reduccionismos sirven a la hora de aclarar el pensamiento. Y en esos tiempos era más que justificado odiar a una fuerza que se había dedicado a matar, saquear y violar todos los principios democráticos y de mínima conveniencia.
Recuerdo claramente la vuelta a la democracia, aunque no con la misma fuerza con que recuerdo esa sensación de asco a todo lo castrense. Alfonsín me caía simpático y me impresionaba entonces sus discursos grandilocuentes , como también el bigote raro de Caputo y los anteojos de Juan Vital Surrouille. Y en el medio las cagadas de siempre: Seineldín, Rico y La Tablada. Y después del horror de los 70´s, el gobierno de Alfonsín fue un oasis de civismo y democracia. Y también, claro está, de inoperancia radical.
Soy de la generación de los 90´s. Es decir, pasé mi infancia con la dictadura y con Alfonsín y empecé a madurar con lo que para mí fue en lo político la década infame: Menem y de La Rúa. Tengo bien presente la lista del espanto, que algunos quieren ahora olvidar o minimizar: bombas en la Amia y Embajada de Israel, tráfico de armas, voladura de Río Tercero, Vicco, Spadone, Gostanián, María Julia, el Ibrahim al Ibrahim como jefe de la Aduana sin hablar español, el caso IBM- Banco Nación, la Ferrari, la corte de payasos como Moliné O´Connor y Nazareno, los jueces federales,....y la lista sigue. Es por eso que cuando La Nación , o Lilita o el Ruso o muchos quieren poner en igualdad de condiciones a este gobierno con el de Menem e inclusive algunos más atrevidos con la dictadura nazi, me sublevo. Ni los periodistas comprados con los sobres de la SIDE podían ocultar en los 90´s semejante catálogo de aberraciones, continuación pseudo-democrática del saqueo y la decadencia golpista.
Es claro que no me engaño, éste no es el mejor gobierno que podemos tener. Pero es claramente, y por lejos, el mejor que había para elegir. Y creo que aunque pueda parecer triste o resignado, es una gran cosa. Nos hemos salvado por ahora de los Patti, los Reutemann, los Rodriguez Saa y los Sobisch de este mundo.
El prometido presidente por "6 meses" que prometía La Nación o el "títere de Duhalde" que auguraba el infame Grondona fue capaz de rearmar la autoridad presidencial, sostener el crecimiento, poner en la agenda el tema de los derechos humanos y la educación, reformar la Corte, aumentar el presupuesto de Ciencia y Técnica, bajar la pobreza y la indigencia y renegociar la deuda externa. Seguramente el Ruso responda que en realidad no hizo ningún cambio estructural, que es autoritario, provinciano y que no sabe gestionar. Y el peor de los pecados, no le da publicidad oficial al diario Perfil.
Sé que es un poco extraño en estos tiempos hacer una apología de un presidente. Porque seguramente lo más aconsejable sea ser crítico, confrontativo y desconfiado. Pero que la gran mayoría de aquellos que se llamaron a silencio durante la década del 90 (y no es tu caso Ruso) ahora vean en Kirchner la personificación del mal provoca en mí la necesidad de confrontar no con los pecados del presidente sino con la hipocresía de sus numerosos críticos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Sibelius,
leí tu fundada respuesta a el Ruso (y supongo que extensiva a los que tenemos una visión parecida a la suya).
Optaste por una técnica discursiva adecuada: desvalorás inicialmente el lugar desde donde hablás, como para autocolocarte en lugar de inferioridad, y luego, entonces sí, avanzás en la respuesta, apelando, básicamente, a dos cuestiones: las emotivas y las comparativas.
Respeto las primera, por cierto. Cada quien puede optar por la divisa política o el personaje público que mejor le plazca, fundado en las razones analíticas o emocionales que pesen más en cada momento.
Por eso, tu adhesión alfonsinista allá lejos y hace tiempo, y tu actual afinidad kirchnerista son, ambas, totalmente respetables.
En cuanto a la comparación, ahí caés en lo que muchos incurren: en considerar a algo bueno porque el patrón de contrastación es muy malo. No sé si es posibilista, o un acto de resignación sostener tal cosa. Sí se que es algo errado.
Algo (el régimen kirchnerista) es nefasto desde lo político, lo institucional y lo económico por razones de peso propio, no porque otros hayan sido mejores. Y a la inversa, este régimen no es bueno institucional, política o económicamente porque el de Menem haya sido terriblemente malo.
Kirchner y su camarilla (la reducida y la ampliada) tienen peso suficiente para ser evaluados por sí mismos, sin contraponerlos con Menem y los suyos.
Podríamos discutir largo y tendido acerca de la gravedad institucional de lo que se discutió y aprobó semanas atrás en el Congreso relativo a las incumbencias de Jefatura de Gabinete.
Podríamos discutir largo y tendido acerca de la gravedad política e institucional que implica la táctica del anegamiento organizacional que aplica el régimen en cada instancia de la Administración.
Podríamos discutir largo y tendido acerca de cuán sólida es el mal llamado “crecimiento” económico, cuando no es más que una cerrazón de la brecha entre el PBI real y el potencial, brecha que se cerrará recién este año, por lo cual a partir de 2007 hay que monitorear las variables claves y recién ahí, entonces, pensar si hablamos de crecimiento.
Y podríamos seguir así largo rato, con estas y con otras muchas cosas más.
Pero no quiero aburrirte, ni quitar espacio a el Ruso que, seguramente, discutirá tus argumentos de manera más inteligente que lo que aquí escribo yo.
No obstante, quiero decirte que me es grato leer posturas como la tuya (que está muy pero muy difundida, al menos en el medio social en el que me muevo), porque me da fuerza para seguir en la brecha: hoy comamos y bebamos (y ya que está, forniquemos), que la Argentina es no future.
Saludos

Sibelius dijo...

Estimado Marcelo:

Agradezco tu fundada y razonable respuesta. Y concuerdo con vos que este gobierno tiene muchos flancos criticables y otros elogiosos que me ocupé de aclarar. Mi post iba más apuntada a los críticos hipócritas de este gobierno, dentro de los que creo no puedo incluir ni a vos ni al Ruso.
Y en cuanto al cierre de la brecha entre PBI potencial y real, disiento con vos. Hacen ya varios meses en que Argentina superó el pico del 98 y las condiciones internas y externas son favorable a un crecimiento sostenido y continuado. Creo que ya es hora de darle algún merito a esta administración por ese crecimiento. El veranito ya pasó hace varias temporadas.
Acerca de los superpoderes, discutibles e innecesarios, son los mismo que tuvo Terragno y Cavallo y nadie, en su momento, hizo este escándalo actual.
Acerca de mi afinidad alfonsinista fue cuando era muy pequeño y era simplemente por afinidad hacia lo democrático.
Conozco muy bien el mundillo de los productores rurales y de la Sociedad Rural (que no son la misma cosa) y te puedo asegurar que el odio que destilan en la actualidad (en su mejor momento económico) no es el mismo que tenían en los 90´s cuando estaban cargados de deudas y empobrecidos. Con esto quiero decir que lo que más le molesta de Kirchner es una cuestión ideológica (su antimilitarismo y su visión setentista) y no pragmática.
Otra cosa, no quise ponerme en una posición de inferioridad. Simplemente creo que en muchos temas, el Ruso está más capacitado. Pero en muchos otros, no. La ironía acerca del Economist la ponía como un medio para decir que grandes informantes como Bloomberg y The Economist muchas veces dicen chantadas, llevan agua para su molino o simplifican situaciones.
Ah! Y mi postura, en el medio que me muevo, no está para nada difundida.
Saludos y gracias por tu comment.

Vicente Grondona

Anónimo dijo...

“es de puto criticar el pais, a los gobernantes o a los propios argentinos. el argentino macho macho, el Jauretche, el San Martin Porteño, se arremanga y comienza a cambiar las cosas sin abrir el orto!. el que abre el orto es porque, obviamente es puto!, asi que a discutir menos y mostrar hombria poniendo el lomo y no la lengua!”

Fuente: esdeputo.com

karla dijo...

esa mezcla entre puto.com., el ruso, etc, existe el ruso.?.karla

Anónimo dijo...

Primero, el Ruso existe y se siente un poco incomodo con ser el centro de la cuestión. Además, la mayoría que está por aquí sólo ve una parte visible de mi relación con Sibelius. Por lo general, le mando mails con ideas y lo llamo unas dos o tres veces a la semana para que esté contento. Sibelius es para mi el modelo por el cual intento conocer porque puede atraer el Kirchnerismo a la gente inteligente.
Y uso la racionalidad porque si me aparto de ella, por lo general, o me equivoco o me “equivocan” (es decir me cagan). Un ejemplo muy claro es con Fidel. A la gente no le gusta ser pobre (verdad), cree que Estados Unidos tiene la culpa de ser pobre (falso), Fidel es enemigo de Estados Unidos (verdad), entonces se pone a favor de Fidel. Es decir, terminan apoyando a una dictadura por dejarse llevar por impresiones, discursos, sensaciones, etc. El pueblo cubano agradecido.
La irracionalidad, el confundir causas-efectos (Kirchner es presidente-argentina crece al 8%, kirchner hace crecer a Argentina), el mezclar con el corto y el largo plazo, el no separar variables, el pensar lineal y superficialmente y, sobre todo, haciéndose imágenes emotivas de las cosas te pueden llevar, como dijimos, a decir/hacer boludeces y lo que es peor que alguien se aproveche de ello.
Se me ocurre un buen ejemplo porque mata dos pájaros de un tiro: el peronismo y el peligro del “pensamiento emotivo-superficial”. En la década del 70 los compañeros con huevos del presidente salieron a pelear con la idea de traer a Fidel a la Argentina. Fidel por supuesto era Perón. En su cabeza atrofiada (y me atrevo a pensar que incluso los líderes lo creían) Perón iba a hacer la revolución socialista-comunista en la Argentina. Perón, obviamente jugó esa carta, y no les aclaró nunca: “muchachos, yo no soy Fidel”. Pero era claro, aunque en la imaginación de los muchachos, en su racionalidad sentimental, Peron era rojo. No me voy a poner a discutir el peronismo, ya se ha dicho mucho. A mi no me gusta, pero bueno, que uno diga si Peron se parece mas a Mussolini o a De Gaulle, pero nunca iba a ser Fidel. Y la izquierda peronista trajo al general y a lopez rega. Y el propio Perón se encargo luego de decirles que no era Fidel. Les rompió la ilusión desde un balcon de la plaza de mayo. El resto es historia, de la fea. Pensar en frio es difícil, pero es necesario. Sino tenés altas probabilidades de cometer boludeces como vivar a Fidel en Cordoba, creer que el octubre peronista se parece al octubre ruso, o pensar que Kirchner hace crecer a la Argentina. Su blog de “por que se quejan” sobre la gente del campo es un gran ejemplo de pensar como y con el culo. Te olvidaste una variable clave: el precio de los commodities. Incluso, podrías estar apoyando una especie del “no te metás”, del egoismo: si te va bien, no te quejes; juntala calladito.
Sobre su comentario de que Kirchner no me gusta por grasa, palurdo y sin mundo...bue...eso es simplismo. Hubo grandes lideres con cuna de oro (Churchill), otros buenos con origenes menos patricios (Lincoln). El mismo Cristo no era un carpitero analfabeto de pueblo?. La cuestión de Kichner es que su visión del mundo es la de Rio Gallegos. Está incomodo en este mundo interconectado, abierto, de oferta y demanda. En esto, Menem la tuvo muchísimo mas clara.
Y por último, recuerde a Descartes: divida las cuestiones a razonar en tantas partes como sea posible. Relea su párrafo: “Pero que la gran mayoría de aquellos que se llamaron a silencio durante la década del 90 (y no es tu caso Ruso) ahora vean en Kirchner la personificación del mal provoca en mí la necesidad de confrontar no con los pecados del presidente sino con la hipocresía de sus numerosos críticos”. Una cosa es la hipocresía de los críticos y otra cosa son las medidas antidemocráticas de Kirchner. Que Grondona sea un mentiroso o la Nación golpista, no hace que Nestor sea un gran presidente. Si quiere razonar sobre la Nación, razone sobre la Nación. Si quiere pensar sobre Kirchner, piense sobre Kirchner. Sino entre en un proceso de detección del más malo, un proceso donde baja el nivel de comparación continuamente en la demostración y búsqueda del peor, tal cual le dijo Marcelo. Al final, con suerte, encontrará al más mierda, pero no al mejor. Además, al comparar en este caso a la prensa con un presidente, compara peras con manzanas. Y lo último, al pensar con el corazón o el culo, y no con el cerebro, cae en contradicciones, que como le dije, pueden aprovechar otros: relea una vez más su párrafo anterior. No puedo dejar, sin un profundo placer, de señalarle que uno de los más conspicuos llamadas al silencio en los 90 fue Kirchner. Contento con las regalias de la venta de YPF, un dia incluso comparo en Santa Cruz a Menem con Magallanes. Si quiere criticar hipócritas, comience con el de más arriba.

El Ruso.

Anónimo dijo...

Jajaja...que Sibelius nunca sea juez...da distintas penas por el mismo delito!.