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miércoles, diciembre 14, 2005

Historias de Horacio, por A.F.

Primera parte: Horacio en la playa
No es necesario que venga el verano, o siquiera la primavera, para que Horacio se acerque a la playa, ya que el nunca tiene frío (esta curtido), y sabe disfrutar a pleno un bonito día de sol y arena. Sólo basta con que lo haya decidido un domingo a la mañana para que cargue en su Dodge Polara a Gladys y a sus 10 pibes y sus ahijados (ya que es el compadre de todo el mundo), su sombrilla (pesa alrededor de 52 kilos), su carpa para 12 personas (estacas, cubretecho etc); todo esto al pedo, ya que la mayor parte del tiempo esta entre las rocas o en algún pedacito de césped, ya que no te toca la arena. Sólo cuando entra a la carpa a pelar una sabrosa fruta o echarse un poquito, o un polvito, ya que con Gladys siempre encuentran la oportunidad. En la carpa, Horacio sabe protegerse, ya que instala seudo minas, pero cargadas de yerba, cáscaras de mandarina, de ciruela, carozos y algunos pedacitos de sandía, fundamentalmente de uva o quinoto, y algún restito de milanesa.
Luego de instalar la carpa con la ayuda de sus chicos (son muy voluntariosos y solidarios), Horacio se dispone a armar su equipo de pesca. Pela sus 15 varas ( algunas de 4 metros) , su caja de pesca (pesa 56 kg y mide 1mtro de largo por 1 metro de ancho); en ésta tiene absolutamente todos los anzuelos, tanzas de todos los grosores, 6 cuchillos, 140 líneas, desde mojarra hasta bakota (tiburón grande), por las dudas... nunca se sabe. También un globo y un barrilete para pescar tiburón. Varias campanillas para avisarle cuando pica etc, etc. LA PESCA ES COSA SERIA y Gladys sabe que cuando Horacio pesca, no se lo molesta. Horacio es de poco hablar cuando se apresta en este arte. Su concentración es increíble y rara vez no tiene un puchito en su boca o siente que no tiene pique. Él en esto nunca falla, es infalible o cree serlo. Siempre son factores externos los que hacen que no pesque nunca un carajo en los 90 torneos de pesca en los que se ha anotado. O sopló del sur, o el magru estaba pasado, o la organización del torneo era un desastre. Pero cuando alguna puta vez lo hace, no es justamente Gladys la que se queja de limpiar como una condenada los 10 kilos de escamas desparramadas que deja Horacio en la cocina cuando prepara el pescado, ya que no quiere cortarle la alegría de dejarlo preparar su pescado a la parrilla.
A la hora de elegir su playa Horacio siempre elige el sur, Chapadmalal, Luna Roja, o alguna playita con arroyito ( hilo de agua cloacal) para sus hijos (ninguno sabe nadar pero rara vez les pasa algo), ya que le gusta que se diviertan libremente y así él se relaja y puede jugar tranquilo con Gladys al tejo en la orilla (nunca la deja ganar). Cualquier turista puede ver desde 1000 metros todo el despliegue que realiza Horacio en un día de playa, su Polara cruzada en la arena con las gomas bajitas, su enorme carpa, la canchita de fútbol y de tejo en la arena, el arenero (Fiat Iava o Brio sin carrocería) de su primo (junto con sus compadres tiene mas de 2000), su cancha de paleta, las cubiertas de camión colgando del techo de su exquisita nave. O sea que más o menos ocupa una superficie de 9 hectáreas.
En fin, básicamente este es un día playero de Horacio, ya que lo estira hasta las 23 hs. Nunca se va temprano y sin estar bien ensoladito y colorado como huevo de ciclista. Generalmente al retirarse tiene que pedir una manito para poner los cocodrilos en una 4 * 4, porque la Dodge o se le queda sin batería o esta enterrada hasta la manija.

Continuará...

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