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jueves, junio 22, 2006

Alternativas de un sábado a la noche, por Santiago

Hasta el sábado a las 21, el término “Doris” remitía a: a) la actriz argentina del Valle; b) la actriz estadounidense Day; c) la esposa de un amigo-colega del papá de Santiago; d) una banda que Santiago conocía por el mailing de Ultrapop, un nombre anunciado en numerosas fechas, una o dos portadas de cds ilustrando esos mensajes, una página de Internet que no llegó a abrirse porque la máquina del trabajo tardó muchísimo en descargar el contenido, el último grupo leído en voz alta por Bárbara, desde la computadora hasta la cocina, en un sitio marplatense que recomendaba el festival de música-comics-diseño-fotografía-comida alternativa de esa noche en el Payró.
Dieron sala a las 21.15 y los primeros en tocar fueron B-Sides, trío circa-hardcore con baterista femenina, cantante voluntarioso pero ocasionalmente afinado y guitarrista invitado para los últimos temas, organizadores de la movida. Luego subió Ale Lago, cuarteto de sufrido pop adolescente (una analogía apenas similar: imagínese a Keane, pero en un teatro al sur, con una temperatura ambiente sólo un par de grados por encima del frío de la vereda), cuyo cantante podría enseñar al que le precedió el arte de la entonación. Los terceros en escena, Te traje flores: demasiado power trío, letras casi místicas, pasajes de virtuosismo instrumental y, como los anteriores, tics de rocker (“¿me podrías dar más retorno de bajo/voz/guitarra en ese monitor?”).
Entre banda y banda, la audiencia se renovaba: muchos salían a fumar, algunos se retiraban después de haber visto y oído lo que buscaban, otros llegaban justo para el set de su grupo y los más arriesgados (y los que respondían a las urgencias de sus estómagos -eran alrededor de las 22.30-) se acercaban a la mesa de comida alternativa. Santiago se animó a probar unos pancitos con semillas rellenos con una mezcla blanca dominada por un sabor a limón (jengibre, arriesgó Bárbara) y su valentía alcanzó solamente para repetir el plato.
Como las tres veces anteriores, cuando Doris, la última banda, comenzó a tocar, el telón se abrió, pero ya no se proyectaban sobre el fondo del escenario los cortos de animación. La primera impresión indicaba que ese era el momento de quiebre de la noche, cuando todo podía despegar o caer aún más abajo: cuatro músicos parados en una primera línea y detrás el baterista, vestidos con saco amarillo y gorra de beisbolista negra (el percusionista), capa roja (el chico a su izquierda), con aires de Caperucita Roja (la única mujer del grupo) o con bonete de bruja (el bajista). Era la señal de una gran apuesta y, tan cerca del Casino, no cuesta decir que los que nos la jugamos por Doris acertamos el pleno.
Las canciones con límites borrosos (cuándo terminaban, cuándo las enganchaban con otras), los músicos que rotaban de instrumentos, que viajaban del castellano al francés y después al portugués, de la chanson francesa a los sonidos cercanos a Manu Chao o la No Smoking Orchestra, la performance teatralizada de un par de temas, los instrumentos no convencionales (globos), la indicación desde bambalinas de sólo dos canciones más, la mesa de discos donde Santiago y Bárbara compraron el segundo y el tercer álbum de la banda y abandonaron el pasillo lleno de jóvenes marplatenses de aspecto estudiadamente desaliñado, usuarios frecuentes (como tantos) de los SMS, para llegar a la ventana del conductor repleta de volantes de “chicas las 24 horas” y luego a la página de Doris (“Doyle” sonando de fondo) para comprobar lo que Bárbara había intuido en la sala: “estos deben ser del Nacional Buenos Aires, del Pellegrini o del ILSE”.
Los días siguientes, canturreando “Así” en todo lugar.

3 comentarios:

Sibelius dijo...

Aplaudo a la dupla Bárbara/Santiago siempre dispuesta a explorar lo diferente y arriesgarse con este frío a ir al horrible teatro Payró (cuando iba al colegio siempre íbamos a ver obras ahí y yo ponía en el cuaderno de comunicaciones Paryo)a ver banda alternativas. Por lo general esas experiencias devienen en garrón, per también es factible encontrar perlitas.

Anónimo dijo...

si hablas con los marplamautas que pasaron el medio siglo todos recordaran una famosisima Doris,que era la secretaria del dr. fini, en el gabinete de quimica del colegio nacional, (me pongo de pie), fue la alteradora (?)de todas las hormonas masculinas del colegio. alejandro.

comunikaccion dijo...

Escribe b sides:

"Hola, queria agradecer la critica que aparece en el blog, pero tengo que como niño rebelde quejarme de algunas cosas. Primeramente solo hace referencia a las bandas y no dice nada sobre la muestra, ni sobre la gente que participo mostrando sus obras, eso implica que seguramente no dialogaron con ninguna persona afectada a la muestra. Tampoco la comida era alternativa, era vegetariana y era una forma de mostrar otra cultura, podria decirse altenativa, esta bien planteado desde la palabra en formato literal, pero no se que tanto en forma ideologica.
Y sobre la parte musical, no se todo el mundo critica, noto que no son musicos, o por lo menos nunca en formato en vivo, por que sino sabrian las consecuencias de la falta de retorno, que denominan como tics rokeros, que en realidad son tick vitales para poder tocar.
Luego esta bien que desafine, y que no somos Buenos Musicos, por que los tres, o cuatro en los ultimos temas, somos autodidactas y pero me gustaria que nos dijieran alguno de ustedes donde encuentran en B sides, la parte Hardcore, por que por suerte en mi amplio gusto escucho hardcore, bandas como refused, minor threat, seven second, Minoria, mofa, no demuestra interes para nombrar algunas nacionales y creo que nos alejamos bastante musicalmente y ademas politicamente, el hc tiene otra ideologia totalmente marcada que conoce todo aquel que lo consume, alejado de la esettica "90", y de su consumo tambien.
bueno nada, sere un rebelde por eso pido retorno, y tambien contesto las criticas, q las tomo como eso....algo bueno, pero toda critica me parece valida cuando tambien se crea algo para mejorarla y tomar acciones."

Respondo:

"Imagino que serás Emi o Emo, a quien muchos agradecieron desde el escenario. Saludos y

aclaro:
a) lo que me dio ganas de escribir fue la presentación (descubrimiento, para mí) de Doris, el contraste entre esa banda y lo que vino antes, la locura de esos cinco, lo estimulante de su performance, la inercia de ese avance que canalicé pensando un tiempo y tipeando después.
Nunca intenté encarar “la crítica del festival”, por lo que no debo disculpas por no abordarlo en profundidad en el post;
b) me pone contento que hayas tenido la idea de organizar ese festival que rompió la previsibilidad de otro sábado marplatense y me permitió enriquecer mi concepto- Doris, y me alegra que hayas podido concretarlo;
c) lo de “comida alternativa” no es invento mío, sino una cita de lo publicitado por el sitio marplatense al que menciono (www.ciudadabstrakta.com);

y respondo:
a) que no estoy de acuerdo con lo de “para criticar hay que haberse subido antes a un escenario”, tan parecido a aquello que enarbolan muchos futbolistas, para quienes los que no han jugado una final a estadio lleno no puedan decir nada, por citar un ejemplo de censura de opinión;
b) que hace unas semanas, en el café del Auditórium, tocaron dos bandas: la primera era un desastre, pero recorría todas las poses rocker que puedan enumerarse; la segunda no cayó en ningún cliché y fue infinitamente superior. Doris sólo pidió al control más luz para ver una pedalera y sonó mejor que todos los que, precediéndolos, reiteraran sus solicitudes de sonido;
c) que me gustaron sus melodías (las de b sides) y que no estoy tan de acuerdo con que no son buenos músicos;
d) que en el post escribo “circa-hardcore”, para aludir a alguna similitud entre su actuación y algunas cosas vistas y escuchadas antes, que es sólo un término de guía y no una clasificación estricta (“hardcore gay anti fascista”, humorada de Fun People).

Hasta el próximo recital, post o mail."

Santiago