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domingo, noviembre 05, 2006

Vida y época de Michael K.

Desde que ganara el Premio Nobel en el 2003, J. M. Coetzee comenzó a ser conocido por los lectores de lengua castellana. El impacto que generan sus libros permitió que se consolidara como un escritor contemporáneo con un público fiel, más allá del estrellato fugaz que supone el premio. Es por esto que la edición de sus obras se ha producido de forma desordenada. Los lectores de habla castellana pudieron disfrutar en el 2005 de su última novela, El hombre lento, en tanto que en el 2006 acaba de editarse Vida y época de Michael K., que es un libro de 1984.
Vida y época de Michael K. cuenta una historia más centrada en lo político que otros relatos del autor. Si bien las referencias a la tortura, la discriminación, la pobreza o la violencia son una constante en la obra de este escritor sudafricano, en este libro esos temas adquieren una resonancia distinta. Tal vez sea porque el protagonista es un hombre tan simple que el tiempo que le toca vivir hace enteramente su voluntad sobre él. Michael K. nace con labio leporino y un leve retraso mental. Es hijo de una madre soltera pobre. Se abre camino muy dificultosamente en la vida mientras observa a su madre envejecer y enfermar. Ella manifiesta su voluntad de volver al campo para morir, y su hijo se empeña en cumplir ese deseo aunque los tiempos no sean los más aptos. La violencia ha estallado en Ciudad del Cabo, rige el toque de queda y es imposible trasladarse sin un permiso de la autoridad. Pese a ello, Michael decide llevar adelante sus planes, iniciando un periplo en el que lo irán privando de todo aquello que es inherente al ser humano hasta transformarlo en un despojo, pero un despojo que aún con todas sus limitaciones, desea fervientemente la libertad. De esta manera, el autor nos muestra cómo la pobreza, la falta de trabajo, las consecuencias de la guerrra en sí misma transforman a Sudáfrica en un gigantesco campo de concentración. Michael K. no se cuestiona demasiado las razones de ese orden, sólo quiere vivir una vida sencilla comiendo lo que la tierra le suministre. Pero en una época como aquella ningún gesto tiene validez, y las personas no son siquiera libres como para morir de hambre.

2 comentarios:

Sibelius dijo...

Alejo: Si miras el encabezado del blog vas a ver que en sibeliusdiario encontrarás novedades y comentarios de libros, discos y DVD. Lo que no quita que a veces hablemos de otras boludeces.
Con respecto al debate sobre el apoyo a la cultura, no lo generamos nosotros porque tenemos muy poco que decir al respecto. Tenemos una revista que tiene auspicios. Cuando vamos a ver a las empresas no les planteamos que tienen que ayudarnos para engrandecer la nación, sino que el target de la publicación puede ser afín con los clientes que ellos buscan. Cuando podemos y tenemos ganas apoyamos iniciativas locales. Si en ese momento no podemos ayudar económicamente, nos dedicamos a difundir: poner carteles y volantes en local, información en blog, en la radio, en la revista y comunicarlo oralmente a todos los conocidos a los que podría interesarle. Totalmente de onda sin juzgar a priori la calidad de lo hecho porque no somos quienes como para eregirnos en árbitros de nada.
Mucho más para decir no hay, todas las cosas piolas sobre ese tema las dijo Di Tella y así le fue. La tilinguería intelectual logró desplazarlo.

Anónimo dijo...

me gustó mucho la novela
de coetzee
y
también me ha gustado
leer esta reseña

si puedes comentar algo de
Foe
sería bueno
ya que tambié es una estupenda
historia