Marco Polo y las dos princesas chinas

Ayer en el Nuevo Teatro Güemes fue la última función de Marco Polo y las dos princesas chinas, obra infantil de la compañía Teatrantes. Con mucho humor, excelente escenografía, luces, música y actuaciones. Una combinación perfecta para quienes esperan brindarle algo diferente a sus hijos.
La gracia y complejidad de la trama nos atrapan en un minuto: una compañía española de teatro busca montar una nueva obra. Al empresario - Gonzalete del Foro- sólo le interesa conseguir el éxito económico. Se topa con el mejor actor europeo, el vanidoso Sir Robin de Drunkduck, la pretendida hija del escritor de "Il Millione" libro que narra las aventuras de Marco Polo, y una bella y talentosa actriz que interpretará a la princesa Cocasín. El público hará de extra en la obra, y verdaderamente trabajará: extendiendo paños, vendiendo zapallos...
Así armada la trama, nuestra imaginación nos permite ingresar en la historia dentro de la historia: la del aventurero Marco Polo, viajante occidental que nos muestra la lógica y fantasías de Oriente. Los vaivenes de esta historia nos regresan a la problemática de la compañía española: las peleas entre las princesas chinas reflejan los celos entre las actrices, y las avaricias del empresario se ven en extraños decorados del Oriente.
Se preguntarán qué entienden los chicos en medio de estas historias en cajas chinas, llenas de guiños para los mayores... Pues hay muchísimo también para ellos: otra lectura de la historia, originales decorados, canciones graciosas y una forma de incluirlos en la obra.
Los integrantes de la compañía saludan a los chicos en la puerta, haciéndoles sentir que el actor sobre el escenario no es alguien lejano, de la misma forma que haciéndonos pensar a los grandes que pese a lo fantástico que es el trabajo de Teatrantes, mantienen intacta su humildad.
Final de temporada, pero que anuncia pronto regreso. Si no pudieron ir a verla estén atentos, porque vale la pena para grandes y chicos.