Tener una librería implica al menos dos problemas esenciales.
El primero es no poder regalar libros sin ser visto como una persona cómoda que para hacer un regalo sólo alarga su hogazán brazo hasta la mesa más cercana.
El segundo es que se pierda la magia de comprar libros. Entrar a una librería... revolver y llevar algo. Este último problema lo resuelvo en las librerías de usados donde es posible conseguir saldos increíbles de material descatalogado. Una de las mayores proezas es conseguir un buen libro de Anagrama. Hay pocos y, por lo general, quien los compra no se desprende de ellos. Además, los expertos compradores de usados tienen la vista afilada para descubrir en una montaña de bazofia lomitos amarillos o la peculiar disposición de letras y colores de la colección de los compactos. Difícil entonces para un lego ganarle a estos expertos y birlarle en sus narices un libro de Auster.
Sin embargo, la mayor proeza en baratijas de Anagrama me fue narrada por el ganador del concurso Principios de novelas organizado por el blog de Graduados de Letras. Según él consiguió libros de Anagrama en Musimundo a $2,50. Compró 10, todo lo que le permitía su efectivo en ese momento. Sólo si me muestra la factura correspondiente creeré la historia. Si no pasará al rango de leyenda urbana que sólo estimula la idea de que recorriendo la ciudad, en una cueva húmeda, cercados por Corín Tellado, descubriré aquellos tesoros de Anagrama que no puedo conseguir ni aún pidiéndolos a la editorial, y siempre por un precio irrisorio.
sábado, agosto 18, 2007
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6 comentarios:
Minotauro, tapa dura. Unas bicocas que conseguí, esa satisfacción durará por siempre.
En una tienda de barato encontre un libro de un gallego del siglo pasado que le contestaba al libro de viajes de Sarmiento, sobre todo afrentas del creador postumo del dia del maestro del tipo a que hizo entrar a su cochero a Burgos de noche por lo horrible que era la ciudad (la ciudad, increiblemente habiendo vivido 6 anios en espania no la conozco, pero me han dicho que es muy bonita).
Lo mejor del libro no es lo exotico del tema o que no esta en ningun catalogo probablemente desde hace decadas, sino que tiene un ex libris que dice que pertenece a la "biblioteca de natalio botana", con el numero de estante en el que estaba.
Vaya a saber como llego a la libreria de viejo (la que estaba en la diagonal alberti), pero lo paque hace unos 10 anios a 7 pesos. Eso si, eran 7 dolares.
Alguna vez se me dio por escribirle a botana a ver si se lo habian afanado y ofrecerselo, pero mas por pereza que por otra cosa nunca lo hice.
Joderse.
El Ruso
devolvele el libro a Natalio, chorro!!!!
Nunca consiguí nada super estupendo en una tienda de usados, quiero decir un super libro a un precio irrisorio. ´Compré una versión con tapa dura de Rayuela, un muy buen libro de Malraux, algún libro para la facultad... Uno no encuentra libros impresionantes a precios ridículos porque los libreros de viejo conocen su oficio: lo que es bueno y lo que no, lo que sale y lo que no. Y si lo ignoran, lo deducen por tu cara de satisfacción al encontrar el libro, y te cobran en consecuencia.
Los remates representan un estupendo lugar para conseguir libros usados. He comprado cajas de cartón cerradas, llenas de libros, por 12 pesos. Adentro, el 80% es despreciable, incluso combustible de chimenea. Pero he tenido la fortuna de encontrar, por ejemplo, 7 volúmenes de la colección El Séptimo Círculo. Para tener en cuenta. Mucha gente vende papel sin conocer su verdadero valor, sólo se detienen a mirar si el lomo sirve para adornar un anaquel.
A mi forma de ver, más locos que los precios que pueden encontrarse en las cuevas de usados son los de las propias editoriales. A veces un libro pésimamente editado carísimo, en ocasiones excelentes libros de remate en los supermercados. El otro día vi en Coto La hora 25 a $5.
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