Recién ayer vi en DVD Amelie, película francesa original y lindísima. El recurso de contar la penosa niñez de la protagonista a partir de recuadros paródicos con una estética peculiar (que en algún punto recuerda a Wes Anderson) me pareció muy bueno. Pero más allá de ser una película singularmente bella y conmovedora, me fascinó la historia. Amelie creció sola en un mundo frío, y eso afectó profundamente su capacidad para socializar en la vida adulta, especialmente para conseguir pareja. Si bien las situaciones que se dan en Amelie son exageradas, y graciosas, el problema de la joven dista de ser una rareza. La fuerza de las taras emocionales y la fortaleza que podemos encontrar en nosotros mismos para superarlas, me parecen las bases de un argumento hiperrealista, aunque la forma elegida para exhibir este problema sea fantasiosa.
sábado, octubre 28, 2006
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