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martes, abril 15, 2008

Las escritoras y la dictadura

Norma Huidobro: El lugar perdido, Alfaguara

Estamos casi acostumbrados a que el Premio Clarín sea ganado por una mujer poco conocida.Ocurrió con Claudia Piñeiro, con Betina González, y la tendencia se consolida con Norma Huidobro. Así que ya está la definición del libro: la ganadora del Premio Clarín, una escritora de infantiles, un libro ambientado en los ´70.


Pero, la verdad es que El lugar perdido es mucho más que eso. Luego de haber leído La casa de los conejos de Laura Alcoba y La anunciación de María Negroni, nos encontramos ante una trilogía de libros que nos permiten pensar la mirada femenina sobre la dictadura. Y en los tres casos, los relatos se alejan de las grandes líneas políticas e incluso de la toma de posición lisa y llana para incorporar visiones más íntimas. Las novelas elegidas no sólo están escritas por mujeres, también están protagonizadas por ellas.


El lugar perdido está ambientada en Jujuy, donde una joven recibe las cartas de su mejor amiga, una joven que se fue a Capital en busca de un mejor destino, transformándose en la novia de un líder sindical ferroviario. Y a ese pueblo perdido llega un militar decidido a averiguar el paradero de la pareja subversiva. Más allá de las fantásticas figuras femeninas -Matilde, Marita y una serie de mujeres luchadoras, de madres solteras y trabajadores-, es interesante observar el personaje de Ferroni, un prolijo torturador con una oscura niñez, y tras él, una madre con el rostro desdibujado. En una novela fantástivamente construida, el drama de los '70 enlaza con la reconstrucción de la historia del propio torturador, hasta el punto de lograr que nos compadezcamos por él.



En La anunciación el tono es completamente diferente. María Negroni, extraordinaria poetiza, narra una lírica compleja del exiliado no exenta de autocrítica. Desde su exilio romano, la protagonista se tortura por los que han quedado atrás, especialmente por un amor perdido, y en medio de ello, aparece el delirio de la opción montonera, el despropósito teórico y el suicidio colectivo. Pero en La anunciación nada se declama, sólo aparece una mujer sola y arrepentida que lucha contra sus fantasmas.

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