Si Patrimonio, novela sobre la vejez y la inevitabilidad de la desaparición de los padres, le pareció demasiado dura, no se le ocurra agarrar Elegía. De un realismo demoledor, y con una sorprente economía de palabras, esta novela logra frases como puñales capaces de desestabilizar al más equilibrado.
De la muerte de los padres, Roth vira hacia el tema de nuestra propia desaparición. Y lo que es aún peor, de la posibilidad de llegar a la vejez con una existencia vacía, con unas soledades imposibles de colmar. Escrito que comienza con el entierro del protagonista para lentamente indagar en la construcción de una vida, en cómo una existencia módicamente feliz se fue transformando en un calvario. El amor, el desamor, la paternidad,la envidia, la infidelidad, el deseo, el éxito, la soledad, la enfermedad, la prepotencia del dolor, son los temas que Roth maneja con maestría y precisión de cirujano. Ni una palabra de más, total ausencia de efectismos o golpes bajos. Sólo la vida de un hombre puesta al desnudo con todas sus flaquezas. Y conmovernos, y sentir que algo se quiebra dentro nuestro. No querer ser él, por favor, no ser él.
martes, abril 24, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario