Fui a ver el espectáculo de Alberti y Capusoto. Esos tipos son mis ídolos. Me gustarían haciendo cualquier cosa. Pero aún así puedo discernir. Y decir que este espectáculo es mejor que Una noche en Carlos Paz. Obviamente, para quien no le gusta este tipo de humor, encontrará absurdos sus matices (¿quién piensa en pinceladas cuando hablamos de pintura de brocha gorda?).
Pero, es evidente que en este espectáculo la pareja cómica pone más de sí: monólogos más largos y estructurados, la aparición de nuestros personajes favoritos: Irma Yusid y Peperino Pómuro. En el show anterior había, tal vez, un abuso del recurso de la pantalla, que ni siquiera mostraba imágenes hechas para el espectáculo, sino lo tradicionales clips de Todo por $2. Claro, en un momento en que el programa había salido hacía poco del aire los fanáticos se congregaban para ver las escenas de siempre, e incluso corear los hits.
Ese es otro cambio con respecto al espectáculo actual. En una sala completamente colmada podían distinguirse con facilidad a los fanáticos (aire medio nerd infaltable) y a las familias de turistas que habían llegado al espectáculo casi por casualidad. Lo mismo daba ése... que el de la sala de al lado: Cacho Garay. Y hacer reír a este otro público debe suponer para los cómicos un desafío más grande. Porque quienes seguimos la línea Cha-cha-cha/ Delicatessen/ Todo por $2 nos tentamos con cualquier guiño, sólo porque tenemos ganas de hacerlo. En cambio, el resto del público debe primero acomodarse a la línea de humor absurdo. Por eso, los números del comienzo: desde el pedido de “No filmen, no fotografíen, apaguen el celular y métanselo bien en el ojete”, pasando por la imitación de Jorge Corona y su humor chabacano, siguiendo por Ricardo "Ascona" y sus letras patéticas, nos van preparando para números crecientemente absurdos: Gardel canta Queen, Irma Jusid que entra tocando en el saxo la marcha peronista y fusiona un discurso sobre política y falopa. Para mí esta parte fue la mejor de la noche: un joven abandonado por su novia que se suicida cuando se va a San Clemente del Tuyú y escucha a Peter O’Toole. Un empresario dueño de una agencia llamada “Bueno... nada”. Una de las clásicas descripciones de marginales que “te van a agarrar”: un tipo con una remera que reza: “Yo estoy por debajo de la línea de pobreza, pero tu mujer está arriba mío”.
Quienes quieran verlos, sólo tienen un par de oportunidades más, ya que el espectáculo está sólo los días lunes en las renovadas salas de Luro y Corrientes.
Pero, es evidente que en este espectáculo la pareja cómica pone más de sí: monólogos más largos y estructurados, la aparición de nuestros personajes favoritos: Irma Yusid y Peperino Pómuro. En el show anterior había, tal vez, un abuso del recurso de la pantalla, que ni siquiera mostraba imágenes hechas para el espectáculo, sino lo tradicionales clips de Todo por $2. Claro, en un momento en que el programa había salido hacía poco del aire los fanáticos se congregaban para ver las escenas de siempre, e incluso corear los hits.
Ese es otro cambio con respecto al espectáculo actual. En una sala completamente colmada podían distinguirse con facilidad a los fanáticos (aire medio nerd infaltable) y a las familias de turistas que habían llegado al espectáculo casi por casualidad. Lo mismo daba ése... que el de la sala de al lado: Cacho Garay. Y hacer reír a este otro público debe suponer para los cómicos un desafío más grande. Porque quienes seguimos la línea Cha-cha-cha/ Delicatessen/ Todo por $2 nos tentamos con cualquier guiño, sólo porque tenemos ganas de hacerlo. En cambio, el resto del público debe primero acomodarse a la línea de humor absurdo. Por eso, los números del comienzo: desde el pedido de “No filmen, no fotografíen, apaguen el celular y métanselo bien en el ojete”, pasando por la imitación de Jorge Corona y su humor chabacano, siguiendo por Ricardo "Ascona" y sus letras patéticas, nos van preparando para números crecientemente absurdos: Gardel canta Queen, Irma Jusid que entra tocando en el saxo la marcha peronista y fusiona un discurso sobre política y falopa. Para mí esta parte fue la mejor de la noche: un joven abandonado por su novia que se suicida cuando se va a San Clemente del Tuyú y escucha a Peter O’Toole. Un empresario dueño de una agencia llamada “Bueno... nada”. Una de las clásicas descripciones de marginales que “te van a agarrar”: un tipo con una remera que reza: “Yo estoy por debajo de la línea de pobreza, pero tu mujer está arriba mío”.
Quienes quieran verlos, sólo tienen un par de oportunidades más, ya que el espectáculo está sólo los días lunes en las renovadas salas de Luro y Corrientes.
1 comentario:
Yo no pude ver Una Noche en Carlos paz, sólo puedo decir que este espectaculo me gustó mucho. Es evidente que fue bien planeado para que aquellos fanáticos puedan ver a sus personajes favoritos, y aquellos que no vieron Todo por $2 por lo menos pueden reirse después de cada mala palabra.
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