Promediando el verano lo encontré a Sael en algún evento que reunía vino y obras de arte. Entonces él me comentó que estaba organizando la Semana del Arte Contemporáneo de Mar del Plata, y que tenía ideado que artistas plásticos de la ciudad intervinieran vidrieras de comercios que quisieran sumarse. Yo dije que sí más porque tengo el no difícil que porque lo hayamos charlado demasiado. Así que cuando ya me había olvidado del compromiso, aparecieron Claudia García Llorente y Julieta Basso en el fin de semana helado a “intervenir” la vidriera. Claro que en otros países el concepto de intervención puede parecer más amigable… pero como aquí recuerda un poco a las intervenciones en las empresas estatales (con el fin de malvenderlas) y a la mano firme del poder central en alguna provincia díscola, me sentí vulnerada en mi micromundo. Especialmente cuando las Pipisherman (así se titula el colectivo intervencionista) me anunciaron que iban a pintar (y sí… se pinta con pintura) el vidrio.
Pero el saldo de la experiencia fue excelente. En primer lugar porque me permitió conocer a gente bárbara y reírme, en segundo porque las chicas eligieron un proyecto en el que pude participar. Pintaron unos árboles blancos que parecen aquel bosque finlandés que inspirara las piezas de Sibelius. Y entre las ramas pusimos fragmentos del verde del bosque hechos con libros al tono. Así que se introdujo un nuevo criterio de búsqueda: ya no por autor, título, editorial o temática, sino por color. Eligiendo libros verdes el sábado hablamos de autores, de tapas, de diseños, de ilustradores, de papeles mientras caía la tarde y se secaba la pintura.
Pero lo más divertido, sin duda, son las caras y comentarios de la gente. Desde aquel al que le fascinó la obra de arte, hasta el que piensa que el negocio cerró. Desde el que cree que es un dibujo de mi hijo hasta el que piensa que este es un movimiento tendiente a dejar atrás para siempre a las vidrieras aburridas. Desde el que putea porque no puede hacer su clásico paneo de las novedades, hasta el que quiere ese librito verde botella que está en la base de la pila. Así que también los clientes cambian sus preferencias y eligen el libro por el color.
Como las migas dejadas por Pulgarcito, siguiendo las vidrieras locas llegamos a la muestra de la Plaza del Agua que estará durante toda esta semana. Y allí un popurrí interesante donde pude encontrar obras de gente cuya obra conozco y me encanta como Yanina Santoro, Enrique Ranzoni, Emilia Marcón, Felipe Giménez, Claudio Roveda, entre otros, y unos cuantos cuyos trabajos desconocía. Así que les recomiendo a todos que vayan a ver la muestra y diferentes actividades en la Plaza del Agua y, ya que están a media cuadra, pasen a ver el bosque finlandés.
Pero el saldo de la experiencia fue excelente. En primer lugar porque me permitió conocer a gente bárbara y reírme, en segundo porque las chicas eligieron un proyecto en el que pude participar. Pintaron unos árboles blancos que parecen aquel bosque finlandés que inspirara las piezas de Sibelius. Y entre las ramas pusimos fragmentos del verde del bosque hechos con libros al tono. Así que se introdujo un nuevo criterio de búsqueda: ya no por autor, título, editorial o temática, sino por color. Eligiendo libros verdes el sábado hablamos de autores, de tapas, de diseños, de ilustradores, de papeles mientras caía la tarde y se secaba la pintura.
Pero lo más divertido, sin duda, son las caras y comentarios de la gente. Desde aquel al que le fascinó la obra de arte, hasta el que piensa que el negocio cerró. Desde el que cree que es un dibujo de mi hijo hasta el que piensa que este es un movimiento tendiente a dejar atrás para siempre a las vidrieras aburridas. Desde el que putea porque no puede hacer su clásico paneo de las novedades, hasta el que quiere ese librito verde botella que está en la base de la pila. Así que también los clientes cambian sus preferencias y eligen el libro por el color.
Como las migas dejadas por Pulgarcito, siguiendo las vidrieras locas llegamos a la muestra de la Plaza del Agua que estará durante toda esta semana. Y allí un popurrí interesante donde pude encontrar obras de gente cuya obra conozco y me encanta como Yanina Santoro, Enrique Ranzoni, Emilia Marcón, Felipe Giménez, Claudio Roveda, entre otros, y unos cuantos cuyos trabajos desconocía. Así que les recomiendo a todos que vayan a ver la muestra y diferentes actividades en la Plaza del Agua y, ya que están a media cuadra, pasen a ver el bosque finlandés.
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