
El padre del pronosticador (Michael Caine, excepcional en su rol) es un hombre genial. Tan exitoso en su trabajo - un escritor brillante y respetado- como en su vida personal -un buen esposo, un padre siempre presente. El protagonista siente que decepciona a su padre y quiere enmendar su vida: reconciliarse con su mujer, tener una relación profunda con sus hijos, progresar laboralmente. Pero sus esfuerzos son tan patéticos y desubicados que se crean escenas muy graciosas. Singularmente buenas son las escenas del pronosticador junto a su hija: una chica gordita y apática que siempre termina llorosa y ofendida. Pero más notables aún son los pasajes junto a la ex-mujer, a quien él cree a punto de reconquistar, cuando ella sólo siente incomodidad en su presencia.
Los que viven la diaria del divorcio, y las salidas con los hijos en las que se intenta recuperar todo el tiempo perdido por no vivir con ellos, abstenerse.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario