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lunes, octubre 13, 2008

Una pequeña soñadora

Beth Rowley se inscribe en la línea de estas cantantes que hacen un jazz soft, al estilo Norah Jones, Corinne Bailey Rae, o con especial protagonismo en el último tiempo, Amy Winehouse. Terreno especialmente fértil, porque una voz femenina sensual, no restringida enteramente al jazz, sino coqueteando con el pop, el blues o el soul logran una fusión que nos gusta escuchar a todos.

Pero apareció otra voz, se trata de la inglesa Beth Rowley. Una chica de 27 años que nació incidentalmente en Perú, pero vive en Bristol (da para el tipo de biografía que incluyen las recopilaciones de Putumayo). Beth ha lanzado su primer CD: Little Dreamer, que es altamente recomendable. Realiza una curiosa fusión entre jazz, soul, folk, pop, country, gospel, y hasta un tema bastante reggae. Todo el disco está influido de una onda retro, que recuerda vagamente a ABBA o a The Carpenters. La mayor parte de los temas son de su propia composición, dentro de los cuales se destaca "Oh my life". También es muy linda la versión que hace de un tema de Bob Dylan: I shall be Released.

En síntesis, hay en el disco de Rowley un aire fresco y soñador, que nos hace pensar que no es el clásico disco comercial armado por el propio sello, sino un proyecto personal que recién comienza...

domingo, octubre 12, 2008

El más difícil humor

Cualquiera hace humor sobre alguien al que se le cayó el helado u otro que baila mal. Un poco más negro es reírse de un gordo o un pelado, ya que ahora existen una multiplicidad de organizaciones dispuestas a hacerte una denuncia por discriminación... Pero el humor verdaderamente difícil es el que se hace sobre temas urticantes y dolorosos, como por ejemplo, el terrorismo.
No obstante, Mathias Énard logra una novela que por momentos te hace reir a carcajadas y que se llama Manual del perfecto terrorista. Este delirante libro narra las enseñanzas que Virgilio recibió de su maestro en algún momento y lugar del Caribe. El libro, que contiene ilustraciones de Pierre Marqués, se estructura en breves y llamativos capítulos que ilustran la seducción del terrorismo. Un esclavo negro ejerce una pequeña resistencia contra su amo, pero este lo instruye en la verdadera rebeldía: la del terrorismo. Claro que el costo de enseñarle a ser un buen terrorista es la sumisión total, ante todo, sexual.

De esta manera, Énard logra su tercer novela que cierra una trilogía sobre la violencia, ya que este joven escritor francés y profesor de árabe, alcanzó notoriedad con su primer novela del 2004: La perfección del tiro que relata las experiencias de francotirador que intenta, en vano, restreñar sus heridas asesinando. En su segundo trabajo, Remontando el Orinoco (2006) nos cuenta la historia de un cirujano, una enfermera, y un triángulo amoroso centrado en la temática del aborto.

Manual del perfecto terrorista (cuyo larguísimo subtítulo es: Manual de terrorismo para principiantes que indica las condiciones de tiempo y dinero que se precisan, los estudios que hay que seguir, los exámenes que se han de salvar, las aptitudes y facultades necesarias para conseguirlo, el modo de establecerse y las posibilidades de éxito en la profesión; iluminado con tablas e ilustraciones, y rematado por ejemplos e interludios divertidos, destinados a distraer el espíritu durante el estudio) consta de breves, ilustrativos e ilustrados capítulos: Saber fascinar a las masas, Tener una causa que defender, Tener un lado místico, Ser un poco artista, Respetar el testículo, Saber convencer, Saber escoger el objetivo, Jugar a comando, Ser un pelín zoofílico, Saber sacrificarse por la causa, Ser un cocinero selecto y Tener un mensaje para la humanidad.

Les dejo un botón de muestra de la delirante propuesta de Énard, que torna comprensible por qué el libro ha generado suspicacias en Europa:

"Los idealistas, los melenudos y los pacifistas, mi querido negrito, son
la escoria de la humanidad: Nunca han resuelto nada, y jamás han conseguido nada porque se consagran a los ideales, que son por definición lejanos. No tienen agallas. Realizar sus sueños pasaría por la acción, y ahí nunca llegan. Eso sí, te dicen que habría que hacer esto o lo otro, que los hombres deberíamos ser hermanos, que las armas tendrían que desaparecer, la televisión ser cultural, los libros gratuitos, los pobres ricos, y los ricos generosos. Y en el fondo, Virgilio, lo que hacen es insultarte a ti, que eres pobre y estás explotado [...] más vale un enemigo idealista que uno armado con una granada."

martes, octubre 07, 2008

Mucho jazz en pocas palabras

A aquel posteador anónimo que pide siempre más jazz, le comento que en los últimos tiempos han llegado muchos discos interesantes que defino en dos líneas (a buen entendedor...)

Joe Lovano: Symphonica. Disco en el cual, obviamente, Lovano aparece acompañado por una sinfónica. Siete temas largos bastante alocados.

Dizzy Gillespie: Winter in Lisbon. Banda de sonido de la película del mismo nombre que transcurre en bares nocturnos de jazz. Uno de los últimos discos que grabó antes de morir.

Willie Nelson y Wynton Marsalis: Two men with the blues. Marsalis, que últimamente puede hacer unos discos demasiado inentendibles, se encuentra con el blues... y todos agradecidos.

Dave Holland Sextet: Pass it on. Primer disco de este bajista con un sexteto luego de hacerse clásico con su big band y su quinteto. Nuevas formas... nuevos sonidos.

Herbie Hancock: Then and now. Seguramente si le gusta Hancock ya tendrá varios de los temas que incluye, pero se trata de una cajita linda de CD + DVD ...

The bad plus: Prog. Este trio de jazz moderno continúa versionando temas del rock y el pop. Esta vez encaran desde Bowie hasta King.

Patricia Barber: The Cole Porter mix. Esta cantante estupenda acomete el repertorio de Porter... y lo hace muy bien.

domingo, octubre 05, 2008

nuevo disco de Lila Down

Hasta hace un par de días creía que Lila Down había sacado, simultáneamente, dos nuevos CDs: Shake away y Ojo de culebra, pero ahora descubro que son uno sólo, o que las diferencias entre ambos son muy sutiles: la inversión del orden de los temas (Ojo de culebra abre con el tema que da título al disco, en tanto que Shake away lo hace con "Little man"; diferentemente barajados aparecen las mismas trece canciones) y que en Shake Away hay tres bonus track, versiones en inglés de los temas en castellano: "Shake away" ( "Ojo de culebra"), "I Envy the wind" ("Yo envidio al viento") y "Nothing but the Truth"("Justicia")

Hasta el momento, la única conclusión que saqué es que las dos versiones deben estar pensadas para los diferentes mercados de Estados Unidos y América Latina (los dos mundos a los que pertenece la cantante mexicano- estadounidense). Creo que Lila Down intentó que el mensaje de justicia social, la denuncia a la condición de los inmigrantes, el sentimiento de desarraigo llegara también al público americano. Y en Argentina editan los dos... porque somos muy cosmopolitas, o porque no saben si lo vamos a entender mejor en castellano, en inglés o de ninguna forma (acepto datos o mejores hipótesis).

En cualquiera de sus dos versiones, se trata de un disco estupendo relacionado con una sanación física y espiritual. En este trabajo se profundizan aquellos mestizajes musicales que la caracterizan: hay pinceladas de flamenco, cumbia, reggae, música del este europeo y música del sur de los Estados Unidos. Representando esta última incorporación aparecen "Black Magic Woman" (tema de Peter Green popularizado por Santana) y "Yo envidio al viento" ("I envy the wind") de Lucinda Williams. El resto de los temas fueron compuestos por ella y su pareja, el saxofonista Paul Cohen.

Pero el corazón del disco parece relacionado con dramas privados de Lila Down: "Mi inspiración está muy basada en la tristeza y en la angustia, me empujan a componer cosas que me alegren", "Tuve un problema de voz en un momento muy triste de mi vida -relacionado con sus dificultades para ser madre-", cuenta la cantante, quien recuerda que entonces acudió a Doña Queta, una conocida curandera de Oaxaca. Un tratamiento en el que seguramente también influyó el hecho de llegar a plantearse: "¿y si ya no puedo ser cantante, qué haré, si yo he venido a cantar a esta vida?", recuerda, tras asegurar que "se marchitaría" sin componer ni subir al escenario. De allí, seguramente, la letra del tema principal:

"Se me cae, se cae, como a la culebra
Yo lo tiro, yo lo tiro todo ese rencor
Se me caen, se me caen esas falsedades
Así yo me limpio también del dolor.

[...]

Óyelo mi madre
Óyelo mi hermana
Óyelo este hijo de mis entrañas."

Tras compartir una canción con Caetano Veloso, Lila Downs decidió invitar a su nuevo disco a otros artistas. Y ahí están canciones como "Ojo de culebra", en la que participa LaMari de Chambao; "Perro negro", con Rubén Albarrán de Café Tacuba, "Tierra de luz", con Mercedes Sosa, o "Justicia" con Enrique Bunbury. Se han quedado fuera otras voces que intentó incluir en el proyecto, como la de Concha Buika.

Más allá de lo musical, la riqueza de Lila Down está en las letras de las canciones. "Perro negro" está relacionado con la violencia de la sociedad mexicana, "Justicia" aparece vinculado a la corrupción, y en la sentida "Tierra de luz" se nos habla de los trabajadores migrantes y su nostalgia:

"Soy como el polvo

Que flota por el mundo

infame y pobre

Sin pueblo y sin valor.

Soy como nube

Que flota por el cielo

Que va llorando

Sin el aliento de Dios.

¿Dónde estás? tierra de mi corazón

No es que yo esté llorando

El río se desbordó

¿Dónde estás?

Yo soy sólo un pasajero

Tierra de mi pensamiento

Conmigo vas."


Siempre dispuesta a enriquecer sus propias raíces culturales, Lila Downs, que en 2005 obtuvo un Grammy Latino con "One Blood" y en el año 2006 fue nominada a los Oscar por su aparición en la película "Frida" de Salma Hayek, pero seguramente su mayor satisfacción profesional la obtuvo cuando la propia Chavela Vargas la nombró en su despedida como su sucesora.