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domingo, agosto 10, 2008

La mala y conmovedora Tsugumi

Banana Yoshimoto: Tsugumi, Tusquets

Banana Yoshimoto y Murakami resultan los mayores arquetipos de la literatura japonesa actual. No sólo porque ambos son jóvenes y toman sus referentes centrales en la literatura occidental, sino también por una cierta percepción melancólica. En sus relatos, la juventud rara vez está unida a una visión liviana de la vida.
En Kitchen Yoshimoto nos presentaba a una joven que había perdido a su familia y forjaba una rara amistad con un chico y su madre travesti. Tsugumi trata sobre el fuerte vínculo que une a dos primas en la niñez, la adolescencia y la juventud en un pequeño balneario de mar. La protagonista, María, nos cuenta la vida de su terrible amiga Tsugumi, quien sometida a una enfermedad grave y dolorosa desarrolla una infinita capacidad de maldad. Cínica, de lengua afilada y carácter indomable, Tsugumi domina a toda su familia, a la par que con su belleza y encantos enamora a todos los jóvenes; pero paralelamente sufre, quiere y protege de forma desaforada a sus amigos y se enamora de un chico especial. El último verano que las amigas pasen juntas en el pueblo estará teñido de la tristeza de lo que próximamente se desvanecerá.
De una belleza tan triste que en ocasiones nos recuerda a Kawabata, Yoshimoto logra transmitir aquello que es difícil decir y siquiera imaginar: el dolor, el miedo a la muerte, la dificultad para expresar los sentimientos de aquel que se encuentra herido en su centro.

domingo, agosto 03, 2008

Waltz for Debby

In her own sweet world
populated by dolls and clowns
and a prince and a big purple bear
lives my favorite girl
unaware of the worried frowns
that we weary grown ups all wear.

In the sun she dances to silent music,
songs that are spun of gold
somewhere in her own little head
one day all too soon
she'll grow up and she'll leave her dolls
and her prince and that silly old bear.
When she goes they will cry
as they whisper "good bye".
They will miss her, I fear
but then so will I.


La canción "Waltz for Debby" fue compuesta por Bill Evans y dedicada a su sobrina. Apareció en versión para piano en su primer disco solista (New Jazz Conceptions) y posteriormente tituló el álbum que hizo con su primer trío.

Este tema se convirtió en un ícono del jazz, por lo que fue versionado en un sinnúmero de oportunidades. Lo ha cantado hermosamente Tony Bennett, y tocado en piano muy conmovedoramente Oscar Peterson.

Pero en el último tiempo han aparecido varias hermosas nuevas versiones. La última es la de la brasileña Eliane Elias en el disco homenaje a Evans: Something for you, en una suave y delicada versión para piano y voz. La excelente cantante argentina Ligia Piro realizó recientemente un cover, esta vez para guitarra y voz en el disco Trece canciones de amor. El año pasado Niño Josele editó un disco excelente titulado Paz, que es un homenaje flamenco a Evans, esta vez en v para guitarra sola. Y el viejito y encantador pianista Bebo Valdés grabó en los últimos años dos "Waltz for Debby": en su último disco lo hizo junto al contrabajista Javier Colina en vivo en el Village Vanguard, en tanto que unos años antes (2003) lo había hecho junto al violinista Federico Britos en el sensacional disco Beautiful Music.

En cualquiera de sus versiones no deje de escuchar una canción que es tan bonita y dulce que nos conmovería aunque no fuera para su sobrina, aunque su letra no fuera hermosa, y aún si la tocara un músico poco experimentado. Pero en las versiones mencionadas... arranca un lagrimón como si de un tango se tratara.