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lunes, julio 27, 2009

Una nota en Ñ que me gustó

Testamento apócrifo

por Andrés Neuman

Manuscrito encontrado entre los papeles del popular novelista austronorteamericano Edgar Franz Milton, redactado horas antes de lanzarse a las vías de un tren de alta velocidad en Boston:

40 cosas que prometo no hacer en mi próxima vida de escritor.

1. Enumerar en mis notas bibliográficas, como si fueran un mérito literario, los oficios humildes que he desempeñado.

2. Afirmar rotundamente que, en vez de aspirar a un pequeño lugar en la literatura, escribo contra el Poder o el Pensamiento Único.

3. Redactar novelas cortas con párrafos de una línea.

4. Despotricar contra el mercado de la televisión, en los periódicos, en la radio, en Internet, en los congresos, en todas mis entrevistas.

5. Buscarme culpablemente en las estanterías cada vez que entro en una librería. Es muchísimo mejor hacerlo sin culpa.

6. Rematar mis relatos con la frase: “Entonces comprendió…”

7. Convertir los premios literarios en mi mayor obsesión, bien intentando ganarlos o bien repudiándolos mientras no los gane.

8. Leer las solapas sobre los autores antes que las primeras líneas de sus libros.

9. Omitir fecha de nacimiento en las solapas de mis obras (si soy una mujer) o incluir una foto de mi lejana juventud (si soy un hombre que ha pasado los 50).

10. Llamar aduladores a los admiradores ajenos, y compañeros de estética a mis aduladores.

11. Intercambiar ejemplares esmeradamente dedicados con colegas a quien jamás he tenido la intención de leer.

12. Preguntarle a un colega: “¿Qué tal va tu libro?”, cuando lo que deseo averiguar es si ha vendido más ejemplares que yo.

13. Referirme a las críticas negativas con abominables eufemismos como reseña rara.

14. Sostener que los críticos que no me elogian en realidad no han leído mis libros o lo han hecho demasiado rápido.

15. Deslizar en mi currículo insufribles petulancias del tipo: “al margen de las modas y tendencias imperantes”, como si los demás escritores, excepto yo mismo, aspirasen a ser gregarios.

16. Hojear los suplementos literarios con la esperanza de encontrar consoladoras reprobaciones de libros ajenos, para disimular que llevo semanas, meses, años, sin escribir algo decente.

17. Insinuar que mi obra ha sido exitosamente editada en múltiples países cuando, para ser exactos, unas cuantas revistas extranjeras me han publicado algún poema.

18. Calcular paranoicamente la edad de mis contemporáneos.

19. Alabar el diseño de un libro para no hacer escarnio de su escritura.

20. Perpetrar antologías y declaraciones que mi único criterio ha sido la calidad.

21. Denunciar el exceso general de publicaciones mientras promociono mi duodécima novela.

22. Hacer elogio místico de autores que publican muy poco, si yo soy precisamente uno de ellos.

23. Abusar de las drogas mientras corrijo o mientras reviso pruebas de imprenta.

24. Escribir diarios sobre la vida social de los escritores.

25. Publicar diarios sobre la vida social de los escritores.

26. Reseñar diarios sobre la vida social de los escritores.

27. Señalar enigmáticamente en mis biografías: “ha sido traducido a más de seis idiomas”, insinuando que dichos idiomas podrían ser veinticinco o quizá seis y medio.

28. Comenzar mis conferencias agradeciendo a más de cinco personas durante más de cinco minutos.

29. Concluir mis conferencias pronunciando “muchas gracias” antes de que el público aplauda, como dando por hecho que seré ovacionado.

30. Describir emotivamente la amistad que mantuve con escritores difuntos a quienes desprecié en vida.

31. Descalificar a los escritores consagrados manifestando sistemáticamente que sus primeros libros me parecían mejores.

32. Pretender que los jóvenes escriban como yo.

33. Evitar que los jóvenes escriban como yo.

34. Echarle la culpa a la gente de todas mis ambiciones.

35. Escribir libros malos y críticas impecables.

36. Hablar de los editores como si fueran nuestros enemigos.

37. Hablar de los editores como si fueran nuestros amigos.

38. Pensar en los lectores antes que en los personajes.

39. Intentar incluir mis enfermedades o intentos de suicidio entre mis principios estéticos.

40. Recurrir a heterónimos, alter egos o apócrifos cuando desee ser sincero.


Me tomo el trabajo de copiar este artículo aparecido en Ñ el sábado pasado por si no lo vieron y para que me quede en la compu (ya se sabe que las revistas y suplementos ocupan lugar y molestan, y nunca encontrás lo que querés cuando lo necesitás o simplemente querés volver a leerlo) porque este artículo me pareció maravilloso porque, aún sin el punto 40, es evidente que Neuman encara una autocrítica a él y a su medio con bastante sinceridad y humor.

domingo, julio 12, 2009

La familia deforme

Venturini, Aurora: Las primas, Mondadori

Las primas son cuatro personajes bien curiosos. La protagonista, Yuna, tiene un retraso leve, pero es profundamente talentosa en las artes plásticas. Su hermana, Betina, tiene un retraso severo, además de una deformidad física. La madre de ambas es una estricta maestra de puntero. Su padre se ha marchado, seguramente agobiado por sus dos hijas retrasadas. La hermana de la maestra se ha casado con su primo y han tenido dos hijas: Carina es estúpida, pero inocente y buena. Petra es enana, pero muy lista, tal vez demasiado. Además, hay una tía insoportable, un profesor de plástica pervertido, dos tíos lumpen, una novia traidora y un italiano enriquecido. Y todos viven en las afueras de La Plata a mediados en la década del ‘40, en una arrabal pobre y en una sociedad marcada por los tabúes y prejuicios que hacen complicada la vida de una mujer.

Estos curiosos personajes viven una vida agitada jalonada por embarazos no deseados, abortos, velorios cómicos, prostitución, casamientos forzados, un horrendo crimen y varias comilonas. Y todos estos curiosos acontecimientos son narrados por Yuna, quien pese a sus limitaciones hace un esfuerzo por mejorar e integrarse al mundo. Así accedemos al curioso mundo interior de una pintora nacida en un hogar humilde, con una familia que no favorece su vocación y una poderosa sensibilidad.

Las primas es un libro esencialmente femenino. Habla de la complejidad de vivir la sexualidad en un mundo marcado por el silenciamiento de este tema. Mujeres que llegan al matrimonio sin saber qué es el sexo. Chicas que llegan a un aborto porque hombres brutales se abusan de su inocencia, y a la muerte como consecuencia de los abortos clandestinos de las familias pobres que inducen a las chicas a realizarlo para escapar al estigma de tener una madre soltera en la familia. Hijos malformados por ser concebidos por mujeres que copulan con hombres borrachos o con enfermedades venéreas. Los estereotipos masculinos son pobres o vergonzosos. Estas mujeres están solas frente a la desgracia de la pobreza, la maldad, la libidinosidad. Pero también tienen sus herramientas para vengarse: así Petra venga muy bizarramente a su estúpida hermana Carina, ya que el papero había abusado de ella. Pero estos temas que podrían estar planteados de forma triste y desgarradora adquieren en este curioso libro un rango no dramático y no exento de humor.

El concurso de novela de Página /12 generó una gran sorpresa en su prestigioso jurado. Cuando Juan Boido, Juan Forn, Rodrigo Fresán, Alan Pauls, Sandra Russo, Guillermo Saccomanno y Juan Sasturain descubrieron una obra tan original, lo menos que esperaban era encontrarse con una señora de ochenta y cinco años. Claro que con una vida bien curiosa e interesante, porque Aurora Venturini estudió Filosofía y Ciencias de la Educación en La Plata cuando las mujeres que realizaban una carrera universitaria eran poquísimas. Trabajó en el Instituto de Psicología y Reeducación del Menor donde conoció a Eva Perón, de quien se hizo amiga y con quien trabajó cercanamente intentando mejorarle la vida a la gente. Cuando llegó la Revolución Libertadora Aurora se exilió en París en donde conoció a los existencialistas. Estuvo casada con el historiador Fermín Chávez quien falleció recientemente. Además Aurora, quien evidentemente es amiga de hablar sin tapujos, ha declarado que Las primas es una novela esencialmente autobiográfica. Esto es, que tanto su hermana como ella tuvieron diferentes formas de retardos, que su padre perdió todo porque era jugador y abandonó a su familia, que su madre era una maestra severa que raramente mostraba amor fraternal, que en su familia primaron siempre los valores hipócritas de una familia venida a menos. Que en reacción a esa actitud, seguramente, fue que ella se hizo peronista. Y también que ese mundo machista de maltrato a las mujeres fue el que ella respiró.

Aurora Venturini retrata un mundo de lo horrible, lo deforme, del estigma y lo hace con sentido del humor y también con una mirada esperanzadora de quien luchó contra sus propias deficiencias y ayudó a los demás a hacerlo.

miércoles, julio 08, 2009

Lloraría

Me encantó el libro de poemas de Sergio Bizzio Te desafío a correr como un idiota por el jardín. Si el libro viniera vacío, ya sólo por su título merecería un lugar en la biblioteca. Pero su contenido es aún mejor, ya que Bizzio nos ofrece unos poemas por demás tristes, desencantados, autocríticos. Plagados de imágenes raras,poco comunes y sugerentes.

El primer poema del libro, "Las ruinas del ánimo" dice:

Un mono le mira la cola a otro mono.
Dónde llegaremos es cosa que no me importa,
pero salir de aquí lo antes posible
me agobia, esa idea me aplasta.
- ¿Escuchabas?
Los pajaritos pían como gallinas.


Pero, seguramente, el mejor poema es el que cierra el volumen. "Lloraría" es un poema largo, que me permito también citarles extensamente:


¿La verdad?
No quiero escribir más.
(No vivo).

¡Lo bien que haría!

¿Pasarme el día encerrado
escribiendo,
riéndome de a ratos como un loco,
encerrado como un loco,
solo como un loco?

¡Si me va tan bien cada vez que salgo!

La gente es feliz "por momentos"
y con "pequeñas cosas cotidianas".
¿No es para llorar?

[...]

Lloraría
y lloraría
y lloraría, cómo que no.
Lloraría por lo que perdí
(¿vos no?)
pero más por lo que evité.
¿Por lo que perdí, por lo que evité?
¿Qué estaba haciendo?
¡Escribía!

[...]

- Volvé, volvé, por favor, vení...
Son las tres de la mañana
aunque el reloj indica que es mucho más...
Amanece
Escribí.
No lloré.
Y con la suficiencia,
con la misma dudosa soberbia,
amigos (chicos),
amanece.

sábado, julio 04, 2009

Concurso literario (divertido)





Para festejar un año más de www.graduadosletrasmdp.blogspot.com , y en agradecimiento por el intercambio continuo con todos los que nos escriben y visitan la página desde 2006, lanzamos un nuevo concurso con suculentos y tentadores premios.
En el 2007 presentamos el concurso “Fragmentos de novelas”, en el que debían descubrir los títulos y autores de algunas obras a partir de sus primeros párrafos. “¿Quién es quién?”, la propuesta del año pasado, premió a los fisonomistas que reconocieron las imágenes de varios escritores del siglo XX.
Este año pensamos en algo diferente. Muchos de nosotros nos dedicamos a leer y corregir textos ajenos y a pensar consignas para que otros escriban. Pese a que elegimos la carrera porque nos gusta la literatura, poco es el tiempo que le podemos dedicar fuera del trabajo.
Por eso este año el concurso se trata de ponernos del otro lado: más abajo encontrarán una consigna que pondrá en juego las ganas de escribir y la pasión por leer. Premiaremos los textos más ingeniosos, audaces, creativos, incisivos, intimistas, profundos, testimoniales, simpáticos, provocadores, comprometidos, obscenos, reflexivos, bien escritos; en realidad... los que nos gusten más...

¡Allá vamos!

posted by Graduados Letras at 11:27 AM | 0 comments
La consigna

“Personajes en fuga”

Escapando de los lectores modelo y autores empíricos (que, en cualquier caso, igualmente han muerto), desafiando el horizonte de expectativas de imaginarios culturales diversos, evitando los rigores de la estructura actancial prevista en la trama, haciendo uso de su derecho adquirido a la polifonía, huyendo de los avatares de una hermenéutica peligrosamente teorizada y perdidos entre los rizomas de los estudios culturales, desconstruidos, ya, por lectores ávidos de cooperar con el texto, los personajes aprovecharon los intersticios de obras abiertas llenas de blancos textuales y se dieron a la fuga. Sentados cómodamente (y durante horas) en un bar de la facultad (previo acuerdo vía Facebook) buscan nuevas historias que los tengan como protagonistas.

Escriban un texto de hasta mil palabras que reúna dos personajes de la siguiente lista. Debe tener título y seudónimo (para su publicación en la página). Los esperamos por correo electrónico (graduadosletras@yahoo.com.ar)hasta el 4 de agosto.

Oliveira (Rayuela, Cortázar) - Úrsula (Cien años de soledad, García Márquez) - Penélope (Odisea, Homero) - Rascolnikov (Crimen y castigo, Dostoievsky) - Gregorio Samsa (La metamorfosis, Kafka) - Cándido (Cándido, Voltaire) - Juan Salvo (El eternauta, Oesterheld) - Nora (Casa de muñecas, Ibsen) - Ignatius Reilly (La conjura de los necios, Toole) - Bartleby (Bartleby, el escribiente, Melville) - Juan Pablo Castell (El túnel, Sábato) - Holly Golightly (Desayuno en Tiffany´s, Capote) - Daniel Hernández (Variaciones en Rojo, Walsh) - Esteban Dedales (“Dublín al sur”, Blaisten) - El niño argentino (El niño argentino, Kartun) - Ireneo Funes (“Funes, el memorioso”, Borges) - Sancho Panza (Don Quijote de la Mancha, Cervantes) - Emma Bovary (Madame Bovary, Flaubert) - Etchenike (Manual de perdedores, Sasturain) - Padre Brown (El candor del Padre Brown, Chesterton) - Alfonso Fernández (Tinta roja, Fuguet) - Marlowe (El halcón maltés, Chandler) - Viejo Vizcacha (Martín Fierro, Hernández) - Rey Lear (Rey Lear, Shakespeare) - Erdosain (Los siete locos, Arlt) - Cathy (Cumbres Borrascosas, Brönté) - Doña Bárbara (Doña Bárbara, Gallegos) - El Señor Jourdain (El burgués gentil hombre, Moliere) - Watson (Sherlock Holmes, Conan Doyle) - Daniel Quinn (Ciudad de cristal, Auster) - Juan Preciado (Pedro Páramo, Rulfo) - Arturo Belano (Los detectives salvajes, Bolaño) - Camilo Canegato (Rosaura a las diez, Denevi) - Segismundo (La vida es sueño, Calderón de la Barca) - Molina (El beso de la mujer araña, Puig) - Biasutto (Ciencias morales, Kohan) - Artemio Cruz (La muerte de Artemio Cruz, Fuentes) - Jean-Baptiste Grenouille (El perfume, Süskind) - Algernon (La importancia de llamarse Ernesto, Wilde) - Carlos "Cacho" Fracassi (Carrera y Fracassi, Guebel) - Yocasta (Edipo Rey, Sófocles) - Sherezade (Las mil y una noches) - Don Pablos (El Buscón, Quevedo) - Oki (Lo bello y lo triste , Kawabata)


Los premios: libros y música de Sibelius, órdenes de compra en Cultura y Copycap, remeras Métrica...