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viernes, marzo 27, 2009

Contar la historia que no se puede contar

Guillermo Saccomanno: El buen dolor, Booket.

El año pasado la novela de Saccomanno El buen dolor se editó en formato de bolsillo. Buena ocasión, entonces, para leer un libro que no había abordado cuando salió en 1999. Especialmente porque después de leer la fabulosa trilogía que recorre la historia política argentina reciente: La lengua del malón , El amor argentino y 77, uno comprende que tras toda novela de este autor hay un trabajo de investigación, de preparación...

El buen dolor se diferencia de la trilogía mencionada en que, evidentemente, se trata de un escrito más íntimo. Es un pequeño relato de un niño que crece en una casa humilde con una madre pasiva, un padre idealista, pero con tendencia a la desidia, y una abuela terrible. Cuando esta última enferma la casa se desmorona y la larga agonía los consume a todos.

Ese chico se hace un hombre, y se vuelve escritor, y tiene una deuda con aquel relato: la historia de su infancia y la muerte de su abuela. Hasta que su padre muere, y entonces siente la necesidad acuciante de cerrar el círculo, de contar la historia familiar. De historiar el dolor y la pobreza.

"Si se levantasen todos los techos de una ciudad, decía mi padre,y los hombres pudieran ver cómo viven, quizá el mundo sería más tolerable. Todas esas lucecitas titilando en la noche contenían historias que no eran muy diferentes de las nuestras, la historia de mi padre y la mía. La desgracia andaba cerca, acechando. Nadie estaba a salvo de la miseria, la enfermedad, la humillación. La abuela, me acordaba, solía decir que todos los sufrimientos que se padecían en esta vida eran una templanza. Había un dolor que era bueno. Y ese dolor era una prueba a la que nos sometía Dios para probar nuestra fe."

G. se traslada hasta un balneario desolado en pleno invierno, y allí acomete la labor de contar lo que no se puede contar. Pero aparece una mujer, actriz hippie con tendencia a la sobreactuación, una mujer fatal, de esas que pueden llegar a conmovernos aunque sepamos que esa es su intención. Van ambos en un micro retrasado, helado y destartalado a Villa Gesell, y ella narra el rosario de desgracias que la tienen como víctima y heroína. Y así el escritor ve como en un espejo en Inés su propia imagen: contar la historia de su abuela humillando a su padre, de su padre pobre y avergonzado soñando con ser escritor, de los sonidos y olores de la pobreza... es sólo para hablar de sí mismo y caer en la deformación, la autocompasión, alguna forma de mentira.

No obstante, con una sinceridad descarnada, Saccomanno logra contar la historia que no se puede contar.

sábado, marzo 21, 2009

Pink Martini

Pink Martini es una pequeña orquesta nacida en Portland. Su creador, Thomas Lauderdale, es un graduado de Harvard que comenzó a tocar con músicos amigos en eventos políticos relacionados con los derechos humanos.
Posteriormente Lauderdale convocó a China Forbes a quien conocía de Harvard donde ella estudiaba historia, literatura y arte. Juntos habían compuesto algunas canciones acompañados por una guitarra. Ella estaba abocada a desarrollar una carrera solista cercana al country pero, afortunadamente, se sumó al proyecto que en dulce y versatil voz encontró el ingrediente que faltaba.

Luego de varios recitales recorriendo su país, su fama estuvo relacionada con su presentación en el Festival de Cannes y la aparición de un tema en la compilación del prestigioso sello de música del mundo Putumayo.

Pink Martini suena a musical de Hollywood de los '40 ó '50, pero con una perspectiva moderna en su dirección de arte. Con una onda que ha sido catalogada como vintage, Pink Martini fusiona música clásica, latina, lounge y jazz.

Su primer disco, Sympatique, fue editado por un sello propio: Heinz Records (Heinz era el nombre del perro de Lauderdale), y tuvo un éxito inmediato. "Sympatique", tema que titula el álbum y que se transformó en un éxito en Francia, es una chanson francesa muy graciosa con fondo de fritura de disco de pasta. "Amado mío" suena como un bolero, "No hay problema" es un tema instrumental de latin jazz donde luce especialmente el piano de Lauderdale, pero con mucha onda gracias a los bongós. "Que Sera, Sera" versiona un tema clásico en una canción que asciende desde un piano despojado y suave con una voz naif hasta un tema orquestal impresionante. "La soledad" es una curiosa improvisación sobre un andante de Chopin con alucinante letra en castellano:

"Viniste a mí
Como poesía en la canción
Mostrándome
Un nuevo mundo de pasión
Amándome
Sin egoísmo y sin razón
Mas sin saber que era el amor
Yo protegí mi corazón."

Ecléctico, y con clima soñado, Pink Martini es el trago ideal para aquel que busca algo musicalmente diferente.

jueves, marzo 19, 2009

Modas informáticas

Es notorio que últimamente la producción de este blog es poca. Claro que cuando el blog estaba de super moda posteábamos más... Por eso también tenemos espacio en el formato estrella del momento: Facebook. Bajo el nombre de Jean Sibelius encontrarán fotos, comentarios de discos y libros en un sistema que permite una conexión más dinámica. O es que simplemente estamos más cholulos y queremos ver las caras de quienes nos leen...

Háganse amigos!

martes, marzo 17, 2009

Un bicio

Sergio Bizzio: Realidad, Mondadori

Leer a Sergio Bizzio ya se me ha transformado en una adicción y, al igual que todos los lectores de su última novela, me lanzo sobre Realidad en la seguridad de que me va a gustar. No obstante, Realidad es de una tónica muy diferente a Era el cielo. Aunque en este último había notas de humor, imperaban el drama y la reflexión. Realidad es un libro con mucha adrenalina y humor que trata sobre la toma de Telefé por parte de un grupo terrorista islámico. Pero al atacar el canal y tomar rehenes se encuentran con un elemento sorpresivo e insólito. Está en el aire el reality Gran hermano. El choque de culturas es fuertísimo, los fanáticos del Corán intentan comprender la lógica de un programa saturado de vacío, frivolidad y tontería... porque eso es lo único que pueden ofrecer sus protagonistas. Pero Ommar decide llevar las cosas un poco más allá, y enterado de qué va el programa decide manipularlo con el fin de mostrar la verdadera corrupción y degeneración de Occidente. Los miembros de la casa, borrachos, drogados, y en base a promesas absurdas, hacen absolutamente cualquier cosa.
Entre tanto, se entabla una negociación entre los terroristas y un comité de crisis. Los familiares de los participantes asisten entre consternados y humillados a un delirio televisado tras otro. Chaco limpia con la lengua la cocina a cambio de tener un papel en la tira de Telefé, Robin dice que los judíos son unos hijos de puta a cambio de asesoría letrada para recuperar a un hijo cuya tenencia ha perdido. Todo es posible en Realidad, que crea unos personajes tan absurdos como creíbles: el productor cínico, el dealer retrasado, el padre golpeado, el veinteañero extraviado, el terrorista con dotes de cineasta... Bizzio sorprende y divierte una vez más.

domingo, marzo 01, 2009

Otra vez en Casa de Madera





Nuevamente realizamos un evento en Casa de Madera junto a bodegas Trivento. En esta ocasión presentamos la colección de CD Raras partituras -se trata de un proyecto de la Biblioteca Nacional para rescatar 300.000 partituras de tango y folklore que se cristalizaron en una serie de recitales y cuatro fantásticos CDs. También escuchamos un disco de Putumayo: Samba Bossa Nova - que compila las nuevas voces y ritmos que se están dando en Brasil.

En materia de libros presentamos una joya de la editorial Mansalva. Se trata de La conspiración de los porteros de Ricardo Colautti, interesante escritor argentino, abogado y escribano, que publicara, reunidas en este volumen, tres novelas breves pletóricas de delirio, imaginación y violencia, a la vez que desempeñaba muy seriamente su profesión. Un hombre curioso, figura al margen de los círculos literarios, al punto que llegó a creerse que su existencia era ficticia.

También presentamos Hacé que la noche venga, de Leonardo Oyola, cuyo comentario puede verse en el post anterior.