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viernes, junio 30, 2006

Canibalismo pre mundialista

Son 11:15 y todos nerviosos antes del partido de Argentina. Pero en lugar de primar la solidaridad y los vínculos, la gente se comporta de la manera más egoísta imaginable. Todos quieren llegar a casa a ver el partido. Los conductores se llevan puestos perros, inválidos y viejos. En la panadería una mina le arrebata a otra el último cuarto de bizcochitos de grasa (que igual no podrá comer por la angustia). El chico que está trabajando en el kiosco le ladra con resentimiento de clase al que para a comprar puchos. Si gana Argentina, finaliza el canibalismo y todos nos amamos. Si pierde, salen todos los Yo les dije, a romper las pelotas.

jueves, junio 29, 2006

Ariel Bermani: Veneno, Emecé., por A.B.

La novela ganadora del Premio Emecé.

Emecé forma parte del grupo Planeta. Luego de años durante los cuales su fondo de catálogo fuera maltratado, comenzaron a aparecer reediciones y nuevos trabajos de ficción de ese sello. Finalmente, este año se realizó una división operativa entre Planeta y Emecé. Esta última se ha quedado con el mejor material literario, en ediciones cuidadas, de tirada pequeña y con los mejores diseños de tapa del mercado. Acompañando este proceso, lanzaron el Premio Emecé. Luego del descrédito del Premio Planeta a causa del juicio a Piglia, y porque los títulos ganadores de este galardón se transforman automáticamente en best sellers que la crítica rechaza, es natural que hayan buscado para un sello diferente, con un perfil más cuidado, un nuevo premio marcado por un jurado prestigioso. El primer jurado del premio Emecé estuvo conformado por Juan Forn, Edgargo Cozarinsky y Angélica Gorodischer.
Dados todos estos antecedentes, comencé a leer Veneno con entusiasmo y ganas de que me gustara. No obstante, la novela no me satisfizo enteramente. Terminé de leerla anoche y mientras escribo estas líneas intento develar las causas. El personaje principal, Veneno, es interesante, complejo, rico. Es un hombre que parece sembrar la ponzoña en cualquier ámbito en el que se mueva, pero que esencialmente, posee una potencia autodestructiva enorme. Los personajes que lo acompañan: sus padres, sus amigos, sus mujeres no están menos logrados. Las novias de Veneno se enamoran de él genuinamente, de su aura misteriosa, de lo diferente que puede parecer a otros hombres... y no se desilusionan aunque Veneno las engañe, las abandone, no se haga cargo de sus hijos.
Pero entonces, lo que tal vez haga ruido tenga que ver con lo formal. Bermani trabaja con muchos recortes temporales. Algunos fragmentos de adolescencia, otros relacionados con el embarazo y nacimiento de su primer hijo, uno en el cual conoce a su segunda mujer, otro vinculado a la muerte de su madre y su reencuentro con su primer amor. Cada recorte, a su vez, se encuentra fragmentado en un sinnúmero de pequeños capítulos, cuadros breves, casi viñetas. Yo no entiendo mucho de estas cuestiones de forma (ni de esta cuestión, ni de otra, ni de aquella) pero me parece que esos capítulos tan breves cortan la fluidez de la lectura, generan esbozos, bocetos que nos gustaría que se transformaran en una historia más compleja, más elaborada. No lo sé, un narrar más minucioso que nos permitiera comprender mejor a sus padres y la forma en que engendraron aquel personaje amoral tan extraño, una descripción más meticulosa de sus mujeres y la forma extraña que asume un amor que no se desmorona con la humillación, la indiferencia y el abandono. Tal vez no tenga nada que ver con esa sucesión infinita de capítulos breves que terminaban cuando todo parecía comenzar, y la novela de Bermani no me gustó porque inconscientemente rechace que exista gente así, tan capaz de dañar y dañarse aunque no parezcan existir razones muy poderosas

El kitsch al blog, por A.B.

Hace unos días leí un artículo en el diario local sobre los blogs en Mar del Plata. Me pareció interesante, y me hizo dar cuenta de que conozco pocos blogs de mi propia ciudad. Para reparar esa falencia me metí en un buscador de blogs de la Argentina. En el listado de Mar del Plata no aparecían más de diez, por lo que me puse a mirarlos al azar. Encontré uno interesante de entrevistas. Imagino que es un periodista que publica en su blog personal las entrevistas completas que le hace a personalidades que visitan Mar del Plata. Pero el hallazgo más llamativo fue el blog Mi rincón favorito. Uno piensa que al ser el webblog un formato prediseñado moderno, es un medio que no puede dar por resultado un espacio sobrecargado antiguo. Error. El blog es sólo un medio, y como tal, susceptible de ser utilizado para los fines más diversos, logrando estéticas muy disímiles.
En Mi Rincón favorito K-nelita reúne frases al estilo: "Hoy entendí que el verdadero significado de la vida radica en las cosas sencillas" junto a dibujos con mucho unicornio, angelitos, lunas y amaneceres, letras doradas con abundante firulete al estilo gótico, y una leyenda que nos explica que escribe en el blog para mostrar su ciudad al mundo. Incluso viene acompañado con un programita para traducir, de manera tal que los aforismos que escribe sean accesibles para todos.
No puedo explicarlo mejor, tienen que verlo para entenderlo.

martes, junio 27, 2006

Origen y características de la fauna alternativa local, por A.B.

El autor del post que nos narraba las aventuras de Bárbara y Santiago en un festival de música alternativa se encuentra trabajando en una investigación sobre el origen y características de la fauna alternativa local. Se trata de mamíferos de coloridos pelajes y comportamientos extraños. Los especímenes más destacados se caracterizan por un denodado esfuerzo consciente por no combinar nada con nada en su chillón plumaje. En el evento mencionado, por ejemplo, el jefe de la manada llevaba un bombín estilo '50 junto a zapatillas Topper blancas (signo hiper rollinga), jean con botamanga y anorak salmón.
El investigador referido, que cuenta con un subsidio del National Geographic, piensa realizar un documental sobre el tema. Hasta el momento, maneja dos hipótesis encontradas sobre los alternativos locales.
La primera infiere que los alternativos mencionados se mimetizan con el resto de la población de la selva urbana, mostrando sólo sus brillantes colores en los festivales musicales, obras teatrales y cortos de cine independiente. Únicamente de esta manera se comprende que los susodichos alternativos no sean encontrados habitualmente en el hábitat común de todas las especies: esperando el colectivo, haciendo un trámite en la ANSES o paseando con su novia por la Peatonal. Tal vez entre semana los alternativos trabajan de cajeros en Toledo, o expendedores de gasolina, y cual un pavo real, sólo muestran su colorido en circunstancias particulares como aquellas relacionadas con el apareamiento. De esta manera, un alternativo muestra sus tonos más vistosos con el objeto de encontrar un alternativo de sexo diferente con el objeto de reproducirse, y de esta manera, perpetuar la especie. Lamentablemente, como la tendencia en los alternativos hacia la homosexualidad es poderosa, la especie está amenazada de extinción.
La segunda hipótesis es que los alternativos se mueven en un mundo under paralelo al nuestro, por lo que no nos topamos con ellos en la vida cotidiana en el super o la rotisería. Se levantan pasado el mediodia, se comunican vía chat o mensajes de celular y se reúnen en reductos específicos sólo por ellos conocidos. Se alimentan con los restos de los alimentos dejados por sus progenitores en la heladera, llevando una existencia marginal con la civilización.El investigador posee algunos indicios que lo orientan a la segunda hipótesis. El hecho de que ninguno de los alternativos comprara los CD que las bandas ofrecía a precios módicos podría ser un indicador de que estos especímenes se mueven en un mundo no monetario, por lo que es difícil toparse con ellos en el mundo laboral.

Un justo penal, por A.B.


Me parece muy bien el penal que le cobraron a Italia en la última jugada del partido. No porque efectivamente hubiera falta, hasta una persona ignorante como yo sabe que eso no es penal, sino porque ayuda a que no tengamos una imagen engañosa del mundo. Esto es, cuando uno ve a todos los países jugando a un mismo juego, sometidos a las mismas reglas, sean grandes o pequeños, tengan una profunda tradición futbolística o no, surge en nuestro corazón una alegría, una ilusión de justicia y democracia. Que no importa que tanto PBI tengas o cuanto valgan tus jugadores: tenés que ganar el partido. Pero ese espejismo se derrumba cuando ves finales de partidos vergonzosas como la de Italia/Australia. Pero está bien que así sea, porque de esa manera el Mundial replica en una pequeña escala lo que efectivamente siempre pasa: que los poderosos corren con ventaja.
Tenemos unos organismos internacionales que juzgan la actuación de los países, pero si a un país poderoso no le gusta un dictamen de la ONU puede vetarlo, y si aún así no revierte la situación hace lo que se le ocurra sin que lo multen o embarguen. Remanido sería aquí volver a contar el caso de la Guerra en Irak, las armas de destrucción masiva que nunca se encontraron, y lo que están por hacer con Irán. Lo mismo ocurre con el comercio. El free trade genera la ilusión de que hay que ser eficientes y competitivos, y de esa manera cualquier empresa, sea de Ghana o de Inglaterra están en igualdad de condiciones. Sin embargo, todos sabemos que no es así. Que existe el lobby, que aparecen las presiones sobre los gobiernos menos poderosos. Lo mismo ocurre con las licitaciones. Aún en los países más honestos, todos intuimos que las grandes corporaciones corren con ventaja.
Entonces, el penal que le cobran a Italia es una pequeña lección para todos. La idea de que competimos con reglas uniformes, pero los peces gordos corren con ventaja. De esta manera, no alcanza con ser mejores, hay que ser mucho mejores, hay que romperla en la cancha inclinada.

Los libros para el baño


Una categoría muy importante de la literatura es la de los libros para el baño. No obstante, es un tema sobre el que se habla poco, dado su carácter escatológico. Decir de un libro que es ideal para el WC no es desmerecerlo en absoluto, ya que tiene que tener unas características peculiares que no reúne cualquier volumen.
Son ideales para llevar al baño las revistas tales como Gente y Caras, los diarios y sus suplementos (aunque un poco incómodos por su tamaño) y aquellos libros que pueden ser tomados por cualquier parte. Son libros de frases o aforismos, pequeños bocetos o historias breves, diarios, historietas. Cualquier libro que pueda ser tomado de adelante hacia atrás o de atrás hacia delante, que no nos enmarañe con un discurso muy complejo o una historia tan interesante que nos obligue a quedarnos todo el día en el baño. Puede ser una edición linda, pero tampoco un ejemplar tan costoso que lamentemos muchísimo si se moja por dejarlo en el labatorio.
Algunos libros que recomiendo especialmente para el baño, pese a ser bien disímiles, son: Cuentos sin plumas de Woody Allen, Historias en la palma de la mano de Kawabata, Descanso del caminante y De jardines ajenos de Adolfo Bioy Casares, el Diccionario de lugares comunes de Flaubert, El diario de la hepatitis de César Aira y Proyecto Cartele. Los libros especialmente no recomendados para el baño son Te amaré como a una piedra de Antonio Lobo Antunes, el Ulises de Joyce, Revolución y guerra de Tulio Halperín Donghi y Estética de la creación verbal de Bajtin.Esperamos que un tema tan importante sea tratado seriamente por los estudiosos académicos y que las editoriales sepan aprovechar este nicho del mercado, y así como en verano piensan en libros para la playa, ideen una colección de libros para el baño, con sobrecubiertas de materiales plásticos y en ediciones que podrían venderse con un pack de Activia de regalo.

Realismo americano

Hace unos días abordé el libro de relatos El ángel en el tejado del escritor norteamericano Russell Banks. No se trató de un acto aleatorio, porque hace un tiempo leí la novela del mismo autor Una americana consentida, que me pareció fabulosa.
Russell Banks es un escritor reconocido y popular en su país, no obstante en el nuestro ha pasado casi desapercibido. Este escritor puede inscribirse en el nuevo realismo norteamericano, siguiendo una tradición en la cual John Updike parece ser una influencia decisiva. De hecho los personajes que aparecen en los cuentos de El ángel en el tejado nos recuerdan a Conejo, el célebre protagonista de la saga de Updike. Se trata de hombres atrapados por la rutina, matrimonios infelices, destinos grises en ciudades chatas. El alcoholismo, la violencia y la separación de las familias son tópicos recurrentes en los relatos. Banks parece ser el sujeto ideal para este tipo de escritos, no sólo porque él mismo proviene de una familia obrera, sino también porque su niñez fue fuertemente influida por el alcoholismo de su padre y el divorcio de sus progenitores. En el mismo prólogo del volumen, el autor se encarga de dejar en claro el carácter autoreferencial de muchos de sus cuentos, que despliegan familias infelices e inestables en el área de Nueva Inglaterra en la que el propio autor se crió.
Uno de los mejores cuentos de la serie es "Las llanuras de Abraham", en el que narra la historia de Vann, un contratista divorciado en tres oportunidades. Justo el día en que se encuentra pensando en su segunda mujer, descubriendo que es la única de la cual estuvo verdaderamente enamorado, ella está por ser operada del corazón. El azar juega un rol fundamental en este relato, ya que Vann influye de manera curiosa en el resultado de la complicada operación que le realizan a Irene. Pero no ha sido sólo la mala suerte la que condujo a Vann a su oscuro presente, sino que Banks nos relata el inexorable sino de un hombre que nunca pudo establecerse y disfrutar de la vida en familia.
No obstante, uno de los relatos más logrados del volumen es "Sarah Cole: una escena de amor", que difiere un tanto de la tónica general de los escritos. En este caso el protagonista es un apuesto joven de clase media, que está atravesando una separación indolora, mientras se mueve en el cómodo mundo del consumo moderno. Pero su vida se entrecruza con la de Sarah Cole, la mujer más fea del mundo. La sufrida Sarah es una operaria cuarentona divorciada, que tiene poco dinero, muchos problemas y un aspecto espantoso. Banks reúne por un momento estos dos mundos, explorando la posibilidad de que un hombre como ese se enamore de una mujer como Sarah Cole.
En definitiva, Banks resulta tan entretenido como profundo, tan ameno como dramático, tan divertido como triste. Es esta yuxtaposición de características las que lo tornan autor de platos tan sencillos como delicados.

jueves, junio 22, 2006

Alternativas de un sábado a la noche, por Santiago

Hasta el sábado a las 21, el término “Doris” remitía a: a) la actriz argentina del Valle; b) la actriz estadounidense Day; c) la esposa de un amigo-colega del papá de Santiago; d) una banda que Santiago conocía por el mailing de Ultrapop, un nombre anunciado en numerosas fechas, una o dos portadas de cds ilustrando esos mensajes, una página de Internet que no llegó a abrirse porque la máquina del trabajo tardó muchísimo en descargar el contenido, el último grupo leído en voz alta por Bárbara, desde la computadora hasta la cocina, en un sitio marplatense que recomendaba el festival de música-comics-diseño-fotografía-comida alternativa de esa noche en el Payró.
Dieron sala a las 21.15 y los primeros en tocar fueron B-Sides, trío circa-hardcore con baterista femenina, cantante voluntarioso pero ocasionalmente afinado y guitarrista invitado para los últimos temas, organizadores de la movida. Luego subió Ale Lago, cuarteto de sufrido pop adolescente (una analogía apenas similar: imagínese a Keane, pero en un teatro al sur, con una temperatura ambiente sólo un par de grados por encima del frío de la vereda), cuyo cantante podría enseñar al que le precedió el arte de la entonación. Los terceros en escena, Te traje flores: demasiado power trío, letras casi místicas, pasajes de virtuosismo instrumental y, como los anteriores, tics de rocker (“¿me podrías dar más retorno de bajo/voz/guitarra en ese monitor?”).
Entre banda y banda, la audiencia se renovaba: muchos salían a fumar, algunos se retiraban después de haber visto y oído lo que buscaban, otros llegaban justo para el set de su grupo y los más arriesgados (y los que respondían a las urgencias de sus estómagos -eran alrededor de las 22.30-) se acercaban a la mesa de comida alternativa. Santiago se animó a probar unos pancitos con semillas rellenos con una mezcla blanca dominada por un sabor a limón (jengibre, arriesgó Bárbara) y su valentía alcanzó solamente para repetir el plato.
Como las tres veces anteriores, cuando Doris, la última banda, comenzó a tocar, el telón se abrió, pero ya no se proyectaban sobre el fondo del escenario los cortos de animación. La primera impresión indicaba que ese era el momento de quiebre de la noche, cuando todo podía despegar o caer aún más abajo: cuatro músicos parados en una primera línea y detrás el baterista, vestidos con saco amarillo y gorra de beisbolista negra (el percusionista), capa roja (el chico a su izquierda), con aires de Caperucita Roja (la única mujer del grupo) o con bonete de bruja (el bajista). Era la señal de una gran apuesta y, tan cerca del Casino, no cuesta decir que los que nos la jugamos por Doris acertamos el pleno.
Las canciones con límites borrosos (cuándo terminaban, cuándo las enganchaban con otras), los músicos que rotaban de instrumentos, que viajaban del castellano al francés y después al portugués, de la chanson francesa a los sonidos cercanos a Manu Chao o la No Smoking Orchestra, la performance teatralizada de un par de temas, los instrumentos no convencionales (globos), la indicación desde bambalinas de sólo dos canciones más, la mesa de discos donde Santiago y Bárbara compraron el segundo y el tercer álbum de la banda y abandonaron el pasillo lleno de jóvenes marplatenses de aspecto estudiadamente desaliñado, usuarios frecuentes (como tantos) de los SMS, para llegar a la ventana del conductor repleta de volantes de “chicas las 24 horas” y luego a la página de Doris (“Doyle” sonando de fondo) para comprobar lo que Bárbara había intuido en la sala: “estos deben ser del Nacional Buenos Aires, del Pellegrini o del ILSE”.
Los días siguientes, canturreando “Así” en todo lugar.

Los creativos fuman cosas raras, por A.B.

Soy una adicta confesa a la televisión. Me interesan hasta los avisos. Pero he constatado que los creativos están cada vez más limados. Entiendo que captar la atención de los televidentes es cada vez más difícil. Que lo importante no es lo que se comunica, sino cómo se lo comunica, logrando evitar el zapping. Cuando hace dos años aparecieron los primeros avisos con onda retro me parecieron simpáticos. Pero ahora creo que están abusando del recurso: decorados ochentosos, ropa ridícula y protagonistas con cara de nabos, y música vieja y cursi parecen ser las fórmulas de las publicidades actuales. El aviso de Buscapina de la mina que se come el televisor y el tipo que se morfa las entradas de cine me pareció malísimo. La publicidad larguísima del Banco Hipotecario sobre los Dueños con gente fea subiendo a un escenario y la abuelita tocando la batería tiene su gracia, lástima que ese disparate que te arranca una sonrisita sea de un banco público, con lo cual es un aviso que pagamos todos. Sacar de un depósito un sillón de cuerina, poner una mina narigona y despeinada con un chalequito, ya fue. Busquen otra cosa, porque en lugar de sorprender esos avisos se han transformado en la estética dominante. Salvo la publicidad de la Eco Sport, con el peludo que vuelve a la naturaleza, el resto ya me aburrieron.
Pero lo más chiflado que he visto últimamente es la serie de avisos bajo la consigna "esto es un DVD" de la marca Noblex. Aparentemente, quieren mostrar como es un DVD por dentro, con unos tipitos que corren sobre un disco, unos negros que hablan en portugués y unos enanos malignos que están adentro de un aire acondicionado. Un llamado a la solidaridad: si alguien captó la idea de la campaña que me la explique.
Lo que deberían prohibir son las propagandas de jabón para la ropa y yogurt. Es agotadora la batalla por ver qué jabón deja la ropa más blanca y qué lacteo te hace cagar más. Son avisos para mujeres dominados por la tilinguería. Es decir, piensan que las minas que consumen sus productos son unas estúpidas que se dejan convencer por cualquier argumento. Antes el arquetipo más bobo era el de las minas Dove, pero ahora han sido largamente superadas por las de Ser. Conozco mujeres de todos los tipos, y ninguna simpatiza con las cuatro tontas del aviso. Quieren empatía con la mujer común, pero nadie se quiere sentir identificado con esas mujeres sin gracia.
Un capítulo aparte merecen las propagandas del mundial, que este año se caracterizaron por la repetición de una fórmula que apela a la emoción, pero que no son capaces de entusiasmar a nadie, ni siquiera a mí que lloro con todos los avisos patrioteros o aquellos en que aparecen nenitos.
Pero lo más llamativo de este cuadro de situación es que los ejecutivos de las empresas puedan ser convencidos por las agencias de publicidad para poner plata en esas campañas carísimas y disparatadas. Eso quiere decir que el capital puede ser inducido a muchas cosas diversas. Sería saludable que se entablara una competencia feroz una guerra sin cuartel entre las empresas por ver quien hace más beneficencia.

martes, junio 20, 2006

He leído ¡Tierra, tierra!

Hace unos días posteaba un artículo llamado: "Estoy leyendo ¡Tierra, tierra!". Nuestro comentarista El Ruso nos criticó, aduciendo que sólo es lícito publicar una reseña titulada:"He leído". Supongo que quería dejar entrever que los autores de este blog recomiendan material de manera irresponsable, a partir de lecturas fragmentarias.Para él es entonces este post. Reconozco que no le faltaba razón, porque la impresión que produce la lectura total del libro difiere del impacto de los primeros capítulos.
En el período de entreguerras Sandor Marai publicó Confesiones de un burgués, en el que trazaba un retrato de su patria, Hungría, a la par que de su persona, un escritor de éxito proveniente de una familia acomodada. Sus memorias están impregnadas de un aire decadente. Por todas partes se erigen sombras que nos anuncian que ese mundo feliz, pero un tanto artificioso, está por acabar. La misma idea parece imbuir las novelas de Marai de esa época: un cosmos ordenado, respetuoso, burgués, que está a punto de sucumbir frente a lo nuevo.
¡Tierra, tierra! es la culminación natural de este razonamiento. Se trata de las memorias del autor frente a la ocupación rusa. Es un relato terrible de lo que supone un país ocupado por el vencedor. Pero al natural carácter predador de un ejército hambreado y victorioso, había que sumar la extraña cosmovisión de los hombres que la Revolución Rusa estaba formando. Marai lee con perspicacia el futuro a partir de los pequeños datos que le aporta la convivencia con el Ejército Rojo.
Sus primeras visiones se verán rápidamente confirmadas cuando se produce la ocupación de Budapest y los tratados de paz dan carta blanca a Stalin en Hungría y el resto de los países de Europa del Este.Pero más allá de la ocupación rusa, Marai se dedica a analizar minuciosamente las reacciones de la sociedad húngara en su grandeza y su miseria. El miedo, el heroísmo, el odio, el carácter acomodaticio y la revuelta, como las distintas fases que asume un pueblo pequeño, indefenso, aislado y acostumbrado a la constante de la dominación extranjera. Traza historias mínimas: la del panadero que siguió horneando hasta el último día de la guerra, la del encargado del edificio que guardó los bienes de los propietarios de los pisos después del bombardeo, la de la dueña de la farmacia que en medio de los campos de exterminio y las bombas sólo lamentaba la muerte de su perro, la del periodista de izquierdas que descubre demasiado tarde que entre los comunistas no es posible hallar ningún caballero... demasiado tarde como para mudar la ideología que lo acompañó toda la vida, la del judío que regresa de los campos de exterminio para transformarse en un agente del nuevo orden y va a cenar a un restaurante burgués, haciéndose tratar como un gran señor... Estos retratos permiten comprender el carácter terrible de la guerra, la mutación de Europa con posterioridad a la contienda bélica, la idiosincrasia del pueblo húngaro y de los ocupantes rusos. Son pequeñas historias que dicen más que cualquier tratado de filosofía política.
Por último, en medio de aquel caos, Marai nos cuenta su propia historia. Casi con desapasionamiento, porque la perdida de su casa, de sus libros y los padecimientos personales parecen detalles nimios frente a tanta muerte y crueldad. Por último, Marai explica su opción por el exilio. Huye de Hungría no sólo para no ser perseguido por tener ideas distintas que la de los revolucionarios conquistadores, sino por terror a amoldarse, adormecerse, y terminar convalidando con su mera presencia un régimen totalitario e injusto. También explica que para un escritor húngaro la expatriación significa una doble pérdida: no únicamente de la tierra y su gente, sino también es el exilio de la lengua. Aunque Marai manejaba varios idiomas, se sentía incapaz de concebir la literatura en otra lengua que la materna. Por tanto, al ser sus novelas prohibidas en su país, Marai también perdía a sus únicos lectores posibles y su profesión.Un libro soberbio, brillante y conmovedor, porque el drama personal de Marai es colocado en el contexto de la profunda crisis de su país y de la civilización occidental. Marai nació con el siglo XX, y acompañó a éste en todas sus calamidades. El historiador inglés Eric Hobsbawm dijo que se trataba de un siglo corto, porque concluye en 1989 con la caída del Muro de Berlín. Ese mismo año Marai se suicidaba en Estados Unidos, sin haber podido regresar a su tierra.

lunes, junio 19, 2006

La métrica de la blogósfera y la blogósfera de Métrica

Una de las más temibles enfermedades actuales es el autogoogleo. Buscarse en la web para ver como uno se posiciona. Si no aparecés en la primer hoja de páginas que te tira el buscador, no existís.
Presos de ese virus, el otro día estábamos mirando si la Revista Métrica ya aparece en la web. Y entonces nos encontramos con un artículo que se llama "Métrica de la blogósfera". Nos llamó la atención porque en la Revista Métrica hay una sección llamada Blogósfera. Pero este era un artículo español completamente sesudo y técnico abocado a medir el crecimiento de los blogs en lengua castellana.
¡Había fórmulas y todo! Y, además, el artículo se soportaba en una extensa y minuciosa literatura sobre el tema. Igualmente, no parecen concluir cosas muy originales: que los blogs en lengua hispana han crecido de manera exponencial; que forman pequeños mundos conectados por medio de tentáculos con espacios más amplios; que la ideología actúa como un aglutinador de esos pequeños mundos.En fin, es bueno saber que, cual cobayos, mientras escribimos tonterías hay alguien cuantificando y analizando el fenómeno.

sábado, junio 17, 2006

Legos en la materia

Yo siempre escribo sobre lo que no sé. Si no, no podría escribir sobre nada. Intento poner lo que desconozco, pero intuyo. A veces el hecho de colocarlo en palabras te sirve para clarificar una idea o que alguien te refute. Pero creo que hay que ponerse un límite. Y yo no sé de fútbol, o mis conocimientos son despreciables en un país en el que hay tres filósofos del deporte por cuadra. De manera que me propuse no escribir nada sobre el mundial. Pero ahora parece que eso ya no es posible. Todos los post en los blogs hablan con más o menos ingenio de la copa del mundo. Y en este espacio nos hemos quedado solos, como unos snobs estúpidos que pretenden hablar de cuadros cuando se está desatando una guerra mundial. Así que quería aclarar que obviar el tema que a todos nos compete quería ser un signo de humildad y no de soberbia.
Lo único que no puedo dejar recalcar es lo mal que me cae Niembro, lo odioso y mafioso que me parece (Ciro Terranova, un poroto), y entonces recomendarles a todos la lectura del genial artículo que Tomás Abraham escribió hace un tiempo sobre este nefasto personaje.

jueves, junio 15, 2006

Novedades en libros

Recibimos hoy las siguientes novedades y reediciones:
  • Zizek: "Visión de Paralaje", FCE
  • José A. Zanca: " Los intelectuales católicos y el fin de la cristiandad", FCE
  • Débora Vázquez: "Siesta nómade", Beatriz Viterbo
  • Reinaldo Laddaga: "Estética de la emergencia", Adriana Hidalgo
  • Varios, compiladora Graciela Montaldo: " Yrigoyen entre Borges y Arlt (1916-1930)", Paradiso
  • Marta Zatonyi: " Gozar el arte, gozar la arquitectura", Ediciones Infinito
  • Marcelo Isse Moyano: "La danza moderna argentina cuenta su historia"
  • Francisco Urondo: "Obra poética", Adriana Hidalgo
  • Ryunosuke Akutagawa: " Kappa/Los engranajes", Paradiso
  • Antonin Artaud: "Heliogábalo o el anarquista coronado", Editorial Argonauta
  • Amos Oz: " Una pantera en el sótano"
  • Joan Copjec: "Imaginemos que la mujer no existe", FCE

martes, junio 13, 2006

Sibelius te regala la revista


Nada más lindo que abrir el blog y ver que un articulito tiene diez comentarios, aunque la mayoría de ellos se dediquen a contradecirte e insultarte.
Así como creamos la Revista Métrica como un obsequio para el cliente fiel, queremos también obsequiársela a los fieles comentaristas de nuestro blog. Salvo que viva en Madrid, como nuestro comentarista estrella El Ruso, mándenos un mail a revistametrica@gmail.com o llámenos al 0223-486-1759 para que le enviemos el primer número de Métrica. Evidentemente, este premio también puede ser visto como un castigo.
Seguir leyéndonos, pero sin la posibilidad de refutarnos en el acto.

Sobre los blogs, por A.B.

Lo que más me gusta de los blogs es que te permiten acceder a la intimidad de otros. Bioy Casares dijo que la intimidad consiste en comentar el mundo. Esto es, compartir con el otro lo suficiente como para medir sus reacciones ante los acontecimientos cotidianos y charlar sobre lo que pasa todos los días. La sumatoria de esas reacciones diferenciadas conforman la personalidad de un individuo. A veces podemos etiquetar a la gente de acuerdo a arquetipos: tal es un empresario exitoso, tal otro un extremista político, aquel un artista rebelde y el de más allá un cristiano ortodoxo. Pero tal vez es empresario exitoso es una persona sensible y gran filántropo, el extremista político un misántropo nato, el artista rebelde un conservador en su vida cotidiana, y el cristiano ortodoxo un romántico incurable. Si a estos rasgos adicionamos que el empresario es fanático del rock pesado, el extremista cría perros, el artista rebelde es adicto al bingo y el cristiano ortodoxo hace bonsai, vemos que necesitamos una etiqueta diferente para cada persona. ¡Por suerte! Porque si todo fuera predecible y ordenado el mundo sería muy aburrido.
Nada tan variado como el paisaje humano. Los blogs te dan la posibilidad de intimar con gente que ni siquiera conocés. Muchas veces actúan como verdaderos portales de noticias, en los que podemos ver cómo leen otras personas el mundo (el mejor ejemplo de ello es Wimbledon, del pionero Guillermo Piro), y saber a qué los remite tal acontecimiento político, social o cultural. Porque ese relacionar tiene que ver con una cosmovisión, con experiencias anteriores, con el contexto laboral o la posición geográfica, con lecturas hechas... que pueden ser tan diversas de las propias que nos obligan a cambiar nuestro punto de vista. A ver por los cristales por los que miran los otros. Es por todo esto que estoy tan preocupado por la crisis de crecimiento que atraviesa Blogger. Hay días en que es difícil crear nuevas entradas o hacer comentarios en los blogs ajenos. El sistema colapsa porque cada vez son más los que ambicionan llevar un diario público de sus vidas. O tal vez sea culpa de los estudiantes chilenos, que se la pasan posteando todo el día para ampliar su revolución educativa. Ojalá que el problema se solucione rápido, porque sin leer blogs soy como un voyeur sin playas, sin calles y sin vecinos. Sin escribir en el mío soy como un taxista sin pasajeros, un kiosquero sin clientes o un viudo que extraña a su mujer porque ya no tiene más un interlocutor válido con el cual pueda comentar las desgracias que vio hoy en el noticiero.

sábado, junio 10, 2006

Los Ortega de Perfil

El otro día haciendo zapping vi un pedazo de El tiempo no para. Me pareció bien actuado e interesante, aunque me rompen un poco las pelotas los nuevos actores jóvenes de Palermo, con ese aire de reviente, conflicto y look estudiadamente descuidado. Como sea, me quedé pensando en Ortega y como, cual caballo de Troya, se metió en Canal 9 y encontró allí un nicho que no tiene que ver con los programas que el reaccionario canal de Hadad habitualmente hace (recordemos que en un primer momento levantó ciclos porque no respondían a los valores de la familias, o algo así).
Después me puse a pensar en los muchachos que coparon el Suplemento Cultural de Perfil (diario de tendencias ideológicamente espantosas). Terranova y sus amigos protagonizan un fenómeno paralelo al de Ortega. Usan un mal medio (literal) para un buen fin (abrir el juego, que se escuchen otras voces). El último domingo, por ejemplo, sacaron un número a un año de la muerte de Saer que estaba bueno, pero no era tan admirativo y canónicamente plomo como lo que habitualmente se escribe sobre Saer. Se dieron el lujo, por ejemplo, de que sacara un artículo Cucurto, afirmando que no ha leído nada del autor dado el bajo voltaje sexual de sus libros, pero que lo admira porque le cae bien a varios amigotes escritores que él tiene en alta estima. Evidentemente, a los muchachos en Perfil les dan libertad para escribir lo que quieran. De la misma manera que Ortega parece manejarse en las ficciones del 9 con cierto grado de libertad. A veces, cuando no sos el número puesto (no sos el canal que suma más en el minuto a minuto ni sos el suplemento más leído, el referente cultural obligado) podés trabajar de manera más relajada y concentrarte en poner lo que tenés ganas, lo que te gusta.
Espero que las similitudes no sean tantas como para que Terranova tenga un padre/ político garca, un aire soberbio, se vista mal adrede y tenga por mujer a una modelo tonta.

viernes, junio 09, 2006

Estoy leyendo: "¡Tierra, tierra!", de Sandor Marai

Estoy leyendo ¡Tierra, tierra! de Sandor Marai. Se trata de un libro maravilloso y terrible sobre la llegada de las tropas del Ejército Ruso a Budapest. Este diario es la continuación lógica de Relatos de un burgués. Allí se muestra una forma de vida que el autor intuye que está caducando. La misma idea puede hallarse en sus novelas de entreguerra. El fantástico relato Divorcio en Buda, adquiere su significación a la luz de una sociedad en extinción. En aquel entonces levemente en retroceso, en decadencia, pero inexorablemente amenazada. En ¡Tierra, tierra! aquellas oscuras predicciones se hacen realidad, y la Hungría en la que Marai se formara está por transformarse en fósil. Marai intuye con maestría los cambios por venir, y pese a la devastación que la ocupación rusa supuso en su vida personal, intenta analizar los cambios en su país y la mentalidad de los soviéticos con objetividad. Lo que viene de Oriente es tamizado como lo nuevo, como un desafío para Occidente. Pero también como lo enigmático e impredecible. Marai aúna historia, filosofía, política y literatura en un brillante y poderoso escrito. Más allá de los sucesos que se relatan en particular, este diario de un protagonista y testigo nos interpela sobre el horror que supone cualquier guerra, el espanto de un país ocupado por el enemigo, el peligro que supone un ejército de ocupación poderoso, hastiado y hambreado, y los límites a los que puede acostumbrarse un pueblo en una situación de esta naturaleza.

"El mundo ya está lejos, con espantosa voz
de plomo da la guerra su grito destemplado
y la brasa del crimen aquí lo quema todo,
a todo europeo, judío o cristiano.
Con la sangre han marcado las puertas de las casas,
aquel que era creíble ha sido asesinado,
cuanto hacía visible la vida es un oprobio;
en tu cama, carroña; tu casa, un hueco hediondo.
Arrastran los desolladores al creyente y a la fe.
Al final se han abierto, Apocalipsis, tus puertas;
grazna la acusación de crimen sobre el mundo,
quien hoy te besa, mañana ya te entierra,
a quien ahora abrazas, mañana estará muerto,
quien te acunaba anoche, te pone hoy en venta..."


Así inicia su diario Sandor Marai. Promesa de buen libro, amenaza de demasiada realidad.

Las repeticiones y otros relatos inéditos

Editorial Sudamericana ha creado la Biblioteca Silvina Ocampo, en la que está publicando material inédito de la autora. Además de unas originales memorias de infancia redactadas en verso libre -Invenciones del recuerdo- apareció un libro de cuentos: Las repeticiones y otros relatos inéditos.
El libro incluye fantásticas narraciones. No parece tratarse de material desechado por la propia Ocampo -como ocurre muchas veces con las obras editadas póstumamente- sino simplemente escritos que no tuvo tiempo para organizar para su publicación. Los cuentos que se incluyen en el volumen son similares a otros de la autora: siempre perturbadores, oscuros, mágicos y extraños. Aparecen frecuentemente imágenes asociadas a la infancia, que ahora podemos relacionar con acontecimientos de la propia niñez de Ocampo gracias a Invenciones del recuerdo, otros relatos en que trata el tema de noviazgos que no llegan a buen término por tratarse de muchachas especialmente extrañas, otro cuento protagonizado por una muñeca que tiene vida... Siempre con una prosa elegante y un aire fantasioso. Pero lo más valioso del libro son tal vez las dos novelas cortas que se incluyen al final del volumen. Allí los complejos personajes de Ocampo pueden adquirir mayor profundidad. "El vidente" y "La joya de la familia" están protagonizadas por niños. Pero nada más alejado de la imagen inocente y tierna que los demoníacos pequeños que pueblan los relatos de Silvina Ocampo. El vidente es un niño que nace marcado por el triple estigma de la ceguera, la muerte de su madre, y la misteriosa desaparición de vecinos en el oscuro paraje rural que habita. El niño, que puede recordar acontecimientos anteriores a su nacimiento, crece mimado por los patrones de su padre, a la par que va mostrando extrañas dotes y capacidad de videncia. Paralelamente, Nando, el protagonista de "La joya de la familia", es el último vástago de un numeroso y curioso hogar. Desde pequeño muestra características peculiares, que luego irán definiéndose por una cierta inclinación a la maldad y la capacidad de enfermar o curar plantas, animales y personas. Estas novelas cortas de Ocampo demuestran su capacidad para construir relatos de largo aliento, y contribuyen a depositar mayores expectativas en la novela inédita La promesa, de próxima aparición.

miércoles, junio 07, 2006

Grave denuncia, por A.B.

Escribo este post con la intención de denunciar al monstruo esconde papeles. Hace un tiempo, yo atribuía la pérdida de documentos importantes a:

1- Desidia.
2- Falta de método.
3- Ocupaciones múltiples.

Cada vez que me mudo, en cada oportunidad en que hago orden general, cuando pierdo una factura o papel clave... me propongo firmemente buscar un nuevo método de orden que me impida extraviar los papeles importantes.
He probado con carpetas diferenciadas para distinto tipo de papeles. Un archivero donde colocar facturas en tránsito y papeles ordenados. Colocar en cajones del escritorio documentos importantes. Poner en imanes en la heladera las facturas por vencer. Colocar en un folio en el cajón de la ropa interior sólo los papeles VIP: pasaportes, partidas de nacimiento, DNI...
Ningún método es suficientemente bueno. Cuando se me rompió la minipimer encontré la garantía, pero no la factura de compra (con lo cual la primera servía de poco). Cuando tenía que ir a anotar a mi hijo al Registro Civil tardé tres días en encontrar el certificado de matrimonio. Hoy busco el manual de instrucciones para limpiar la cafetera expresso. El librito parece haber desaparecido de la faz de la tierra. Pero en esta oportunidad nadie me engaña. Lo puse en una bolsita transparente junto a otras garantías y manuales de uso. Ahora resulta que no está allí. Pero esta vez no es mi culpa. La casa debe estar habitada por un duende maligno que se complace en hacerme este tipo de bromas. El monstruo de los papeles es amigo de las discusiones. Porque cuando algo importante no aparece todos los miembros de una casa se echan la culpa entre ellos y se producen amargas discusiones. Mas en esta oportunidad no nos dejaremos engañar. Sabemos que fue el monstruo de los papeles, que además es accionista de EDEA, CTI y VISA (recibiendo un porcentaje de los punitorios por pagar las facturas fuera de término) amigote de Garbarino, compinche de MAPFRE (para que uno no encuentre las pólizas de seguro) y en general de todas las empresas que te joden si no encontrás el papelito adecuado. El otro día, por ejemplo, llegó la factura de la alarma monitoreada. Yo había dado de baja el servicio, pero no logré encontrar el fax que lo demostraba. Pero si todos nos unimos podemos atrapar al monstruo que nos quita tiempo y plata, nos amarga la vida y genera disputas. Se trata de un flagelo social muy grave. Si tiene algún dato del monstruo envíenos información. Yo logré sacarle una foto para que todos pudieran reconocerlo, pero extravié el CD en el que la había grabado.

martes, junio 06, 2006

Novedades de SALAMANDRA en Sibelius

Recibimos en el día de hoy, de la editorial Salamandra, los siguientes títulos:

  • Sandor Marai: "Tierra, tierra", $ 52
  • Nemirovsky: "Suite Francesa" , $ 52
  • Akunin: "Gambito turco", $ 38
  • Camilleri: "La captura de Macale", $ 38
  • Akunin: "Muerte en el Leviatan", $ 36

viernes, junio 02, 2006

Presentación Revista Métrica, Museo del Mar















Vicente Grondona y Adriana Badagnani















Moran Trío en presentación revista Métrica















Javier Casasola, César González, Fernando Novoa y Jorge Velasco















Jorge Cabrales, Adrián Consoli, Juan Matías Di Loreto















Adriana Badagnani, Bárbara Gasalla, Mariana Pené y Carolina Vignatti

Revista Métrica, Año. 1, Nro. 1...¡Gracias!



Gracias a los amigos, familia, auspiciantes, colaboradores incondicionales, clientes y a todos los que nos acompañaron en el proyecto Métrica.

Especiales agradecimientos a : Cristina Villecco (por la impecable y minuciosa corrección y por generosamente brindarnos su tiempo ); Mario Gemín, Pedro Cendoya y Mariano Morales de WOK Design (por su inagotable creatividad, paciencia y entusiasmo), Santiago Llach (por su generosidad), Santiago Albina y Bárbara Gasalla (por sus colaboraciones, sugerencias y amistad), Jorge Velasco (por su amistad y colaboración), Fernando Moran (por la música, su profesionalismo y colaboraciones), Mauro Rizzi (por la fotografía de tapa), Isabel Singer (por su amistad e invalorable colaboración) y a Manucho (por su amistad, por creer en nosotros y por sus colaboraciones).

Adriana Badagnani y Vicente Grondona